FRÁNCFORT, 25 ene (Reuters) -El Banco Central Europeo mantuvo el jueves los tipos de interés sin cambios, tal y como se esperaba, en máximos históricos y reafirmó su compromiso de luchar contra la inflación, sin dar ni una pista de que sus dirigentes estén empezando a contemplar una flexibilización de la política monetaria.

El BCE puso fin en septiembre al ciclo de subidas de tipos más rápido de su historia, pero ha insistido en que sería prematuro incluso hablar del inicio de rebajas en el coste de los préstamos, ya que las presiones sobre los precios aún no se han extinguido del todo y muchas negociaciones salariales todavía no han concluido.

Los inversores, sin embargo, apuestan por que el BCE se está equivocando tanto en el crecimiento como en la inflación y se verá obligado a dar marcha atrás, con cinco recortes de tipos en rápida sucesión desde principios de primavera.

Sin embargo, el BCE no dio señales de tal giro el jueves y sólo introdujo pequeños matices en su comunicado, repitiendo su antigua orientación de que mantener los tipos de interés en el nivel actual durante el tiempo suficiente hará que la inflación vuelva a situarse en el objetivo del banco.

"El Consejo de Gobierno considera que los tipos de interés oficiales del BCE se sitúan en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente prolongado, contribuirán sustancialmente al logro de este objetivo", declaró el BCE.

"Las futuras decisiones del Consejo de Gobierno garantizarán que sus tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario", señaló el BCE en un comunicado.

El BCE mantuvo el jueves su tipo de interés oficial en el 4%, un nivel récord, y señaló que la inflación subyacente había seguido cayendo, también gracias a los elevados costes de los préstamos.

"La tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado y las anteriores subidas de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación", dijo el BCE.

El banco dijo que las tendencias de la inflación confirmaban "en líneas generales" su evaluación anterior, pero eliminó una referencia en declaraciones anteriores a las elevadas presiones internas sobre los precios y al fuerte crecimiento de los costes laborales.

El banco también dijo que continuaría con un planteamiento dependiente de los datos macroeconómicos, lo que significa que no se comprometía con ninguna senda política en particular y se reservaba el derecho de ajustar los tipos de interés según fuera necesario.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el economista jefe, Philip Lane, han señalado recientemente los acuerdos salariales del primer trimestre, cuyas cifras estarán disponibles en mayo, como un indicador relevante. Algunos ven en ello un indicio de que la primera bajada de tipos podría producirse en la reunión de junio del BCE.

"Las decisiones del Consejo de Gobierno sobre los tipos de interés se basarán en su evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria", añadió el BCE.

La reacción del BCE ha tenido cierto impacto en los mercados financieros, pero los inversores siguen previendo recortes de tipos de 125 puntos básicos este año, es decir, cinco movimientos, el primero de ellos en abril o junio.

RECESIÓN

La gran discrepancia en las expectativas se debe en gran medida a las diferentes perspectivas de crecimiento y a la medida en que las subidas de tipos anteriores están ralentizando la actividad en las 20 economías que utilizan el euro.

El BCE espera que el gasto público y de los hogares impulse la recuperación, pero los datos parecen pintar un panorama más sombrío, en vista de la recesión en el sector manufacturero en recesión y el enfriamiento en el de servicios.

Es probable que la zona euro entrara en recesión el trimestre pasado y en enero la actividad arrancó de manera lenta, por lo que el trimestre actual es el sexto consecutivo con un crecimiento prácticamente plano o negativo. La esperada recuperación se aleja cada vez más.

La debilidad de la economía, junto con la caída de los precios de las materias primas y los elevados tipos de interés, seguirán ahogando la inflación, que se situó en el 2,9% en diciembre y que, según las previsiones actuales del BCE, no volverá a su objetivo del 2% hasta 2025.

Muchos discrepan de esta previsión.

"Seguimos esperando que las tasas de inflación general y subyacente del IPCA caigan al 2% ya antes de mediados de este año, un año o más antes de lo previsto por el BCE", afirman los economistas de Deutsche Bank.

Una menor inflación implicaría un aumento de los tipos de interés reales, lo que supondría un endurecimiento de la política monetaria en un entorno recesivo.

"Esto aumentaría el riesgo de una recesión total y de una auténtica conmoción del mercado laboral", añadió Deutsche Bank.

Algunos creen que la insistencia del BCE en que se necesitan aún más pruebas de desinflación para que actúe aumenta la posibilidad de un error de estrategia.

"Habiendo pasado por alto hasta ahora el impacto negativo del endurecimiento monetario sobre el crecimiento, el BCE sigue inclinado a recortar demasiado poco, demasiado tarde", dijo Davide Oneglia de TS Lombard.

"El BCE tiene menos motivos para preocuparse por la inflación y menos excusas para mantener una política monetaria restrictiva, pero los hábitos de endurecimiento excesivo son difíciles de perder".

TIPOS SIN CAMBIOS

Con la decisión del jueves, el BCE dejó el tipo que paga por los depósitos bancarios, una de las principales referencias para los costes de financiación en la zona euro, en el 4% --su nivel más alto desde la creación del BCE-- y repitió que se mantendría así durante algún tiempo.

"El Consejo de Gobierno está decidido a garantizar que la inflación vuelva a su objetivo del 2% a medio plazo en el momento oportuno", dijo el BCE.

Antes del anuncio, los inversores apostaban por que el BCE empezara a recortar ese tipo ya en abril y siguiera haciéndolo en cada reunión hasta finales de año para dejarlo en el 2,50%-2,75% en diciembre.

Los otros dos tipos del BCE también se mantuvieron sin cambios. Los bancos deberán pagar un 4,50% en las subastas semanales del BCE y un 4,75% en las diarias.

Lagarde intervendrá en una rueda de prensa a partir de las 1345 GMT. Se espera que argumente que las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes, en particular para los servicios, mientras que los riesgos siguen siendo abundantes, desde los acuerdos salariales pendientes hasta las tensiones geopolíticas, incluido el bloqueo del mar Rojo.

(Editado en español por Javi West Larrañaga, Benjamín Mejías Valencia y Tomás Cobos)