Las lluvias coinciden con el fenómeno meteorológico conocido como El Niño, que para Argentina significa mayores niveles de precipitaciones sobre tierras agrícolas clave tras un invierno seco en el hemisferio sur.
Argentina es un importante exportador mundial de cereales, especialmente de soja, maíz y trigo procesados.
"Estamos superando con creces los niveles históricos acumulados para noviembre", afirmó en el informe Cristian Russo, pronosticador jefe de la BCR.
La bolsa señaló que desde el martes las tierras agrícolas del noroeste de la zona núcleo recibieron entre 15 y 40 milímetros (0,6-1,6 pulgadas) de lluvia, y que se esperan precipitaciones "significativas y más generalizadas", que deberían impulsar la producción agrícola.
La producción de cereales de Argentina no sólo es un pilar clave de la actividad económica del país sudamericano, sino que también representa una fuente muy necesaria de dólares estadounidenses para el banco central, falto de liquidez, necesarios para financiar las exportaciones y pagar la deuda.
En otro informe semanal publicado el miércoles por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC), durante la próxima semana es probable que llueva en la provincia de Buenos Aires entre 10 y 50 milímetros (0,4-2,0 pulgadas).
Otras partes de la fértil región argentina de la Pampa recibirán una humedad más moderada de hasta 10 milímetros (0,4 pulgadas), según la BdeC.
Las recientes precipitaciones de las últimas semanas han proporcionado un bienvenido impulso al inicio de la siembra de soja para la temporada de cosecha 2023/2024, al tiempo que han ayudado a las zonas sembradas de maíz para el mismo ciclo, aunque la mayor parte de las plantaciones de maíz aún no se han sembrado.
El BCR estima que la cosecha de soja 2023/2024 producirá probablemente 50 millones de toneladas métricas y la de maíz otros 56 millones de toneladas. (Reportaje de Maximilian Heath; Edición de David Alire Garcia y Cynthia Osterman)
