Por Crispian Balmer

ROMA, 11 jun (Reuters) - Los líderes del Grupo de los Siete (G7) viajarán esta semana al sur de Italia para celebrar su cumbre anual con el ánimo por los suelos, enfrentados a una miríada de problemas internos, mientras buscan soluciones para muchos de los problemas más acuciantes del mundo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a un electorado polarizado y a unos índices de aprobación desalentadores de cara a su reelección en noviembre, mientras que el primer ministro británico, Rishi Sunak, parece en camino a perder el poder en una votación nacional el mes que viene.

Los líderes de Francia y Alemania se tambalean tras las duras derrotas sufridas en los recientes comicios europeos y los sondeos de opinión son sombríos para los líderes de Canadá y Japón.

Sólo la anfitriona, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, llegará con la moral alta después de triunfar en las elecciones europeas, pero lo tendrá difícil para lograr resultados significativos en el lujoso complejo turístico de Borgo Egnazia, según los analistas políticos.

"Como anfitrión del G7, uno quiere líderes con plenos poderes. Si sólo tienes patos cojos no hay mucho que puedas hacer", dijo Francesco Galietti, de la firma de riesgo político Policy Sonar. "Si no tienes autoridad en casa, ¿cómo vas a tenerla en la escena mundial?".

Los jefes de las democracias más desarrolladas del mundo se enfrentan a una agenda desalentadora para la reunión del 13 al 15 de junio, incluyendo las guerras en Ucrania y Oriente Medio, los desequilibrios comerciales con China, las amenazas planteadas por la inteligencia artificial y los desafíos de desarrollo en África.

También darán la bienvenida a un número inusualmente elevado de foráneos, entre ellos el papa Francisco y los líderes de algunas de las mayores potencias regionales del planeta, como India, Brasil, Argentina, Turquía, Argelia y Kenia. Se esperaba también la presencia del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, pero se retiró, según informó Italia el martes, sin dar una razón.

"El G7 reúne a países afines en cuanto a principios y normas fundamentales, pero no está cerrado como una fortaleza. Se abre al mundo", dijo un alto funcionario italiano que prefirió mantenerse en el anonimato.

(Reporte de Crispian Balmer y Angelo Amante en Roma, Andrew Gray en Bruselas y Andrea Shalal en Washington; editado en español por Carlos Serrano)