Los gobiernos locales de China han vendido cantidades récord de los llamados bonos especiales este año para inyectar capital en los bancos más pequeños en apuros, mientras las autoridades tratan de contener los riesgos de contagio derivados de una crisis inmobiliaria cada vez más profunda y de una economía que se tambalea.

Los bonos especiales son una forma de financiación de deuda extrapresupuestaria utilizada por los gobiernos locales de China, cuyos ingresos recaudados suelen destinarse a objetivos políticos específicos, como el gasto en proyectos de infraestructuras.

Los gobiernos locales planean utilizar los ingresos de las últimas ventas de bonos para comprar acciones u obligaciones convertibles de bancos más pequeños, la mayoría de ellos de propiedad estatal, recapitalizándolos de hecho, según los prospectos de las operaciones.

Los gobiernos han recaudado 152.300 millones de yuanes (21.050 millones de dólares) a través de este tipo de bonos en lo que va de 2023 para reponer el capital de los bancos pequeños y medianos, según los datos del portal oficial China Electronic Local Government Bond Market Access.

Pero los fondos totales recaudados hasta ahora son modestos en comparación con las necesidades de los bancos, según los analistas.

Según un informe de octubre de S&P Global Ratings, los bancos pequeños y regionales de China necesitarían hacer frente a un déficit de capital estimado en 2,2 billones de yuanes, basándose en un escenario en el que hasta el 20% de los prestamistas regionales se enfrentan a una insuficiencia de capital.

Destacando el empuje de Pekín para evitar una crisis financiera como la de 2008, el valor de los bonos con fines especiales emitidos este año es ya más del doble de los 63.000 millones de yuanes emitidos en 2022, y es el más alto registrado desde que se introdujeron tales instrumentos en 2020 para ayudar a los prestamistas más pequeños afectados por la pandemia del COVID-19.

La tendencia pone de relieve cómo cada vez más bancos pequeños del país están siendo apuntalados con ayuda gubernamental, en medio de una crisis cada vez más profunda en el mercado inmobiliario, que representa alrededor de una cuarta parte de la economía.

Las autoridades han estado intensificando las medidas de apoyo al sector inmobiliario, incluida la relajación de las restricciones a la compra de viviendas y la reducción de los costes de los préstamos, aunque éstas no han logrado apuntalar una recuperación significativa.

El Banco Popular de China (PBOC) y la Administración Nacional de Regulación Financiera (NFRA) no respondieron a la petición de Reuters de hacer comentarios.

MÁS ENDEUDADOS

La intensificación de los esfuerzos para apoyar a los bancos más pequeños también se produce en medio de una creciente preocupación por el impacto de la abultada deuda de los gobiernos locales en la economía.

La deuda de los gobiernos locales alcanzó los 92 billones de yuanes (12,6 billones de dólares), o el 76% de la producción económica de China en 2022, frente al 62,2% en 2019, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional.

Aunque los responsables políticos están muy preocupados por el aumento de los niveles de deuda, a Pekín no le queda más remedio que apoyar a los bancos más pequeños para contener los riesgos de desbordamiento, según los analistas.

"Es importante evitar cualquier quiebra incluso de las instituciones más pequeñas, ya que una sola quiebra podría generar efectos en cadena y propagar el contagio financiero a otras instituciones financieras", afirmó Zhang Xiaoxi, investigador de Gavekal Dragonomics.

No quedó claro de inmediato si las autoridades centrales habían dado alguna orientación a los gobiernos locales sobre la recapitalización de los bancos más pequeños, ni quiénes eran los compradores de estos bonos con fines especiales.

Algunas provincias están acelerando los planes para reformar y desactivar los riesgos de los pequeños y medianos bancos locales de alto riesgo y para reponer capital a través de múltiples canales, según declaró el gobernador del banco central, Pan Gongsheng, en Pekín a principios de este mes.

RIESGO DE CONTENCIÓN

Los gobiernos y los bancos locales son fundamentales para la economía china, ya que Pekín ha encomendado a los funcionarios provinciales y municipales el cumplimiento de ambiciosos objetivos de crecimiento.

Pero tras años de sobreinversión en infraestructuras, la caída en picado de los rendimientos de la venta de terrenos y el aumento de los costes de COVID, los economistas afirman que los municipios cargados de deudas representan ahora un riesgo importante para la segunda economía mundial.

La emisión de nueva deuda por parte de los gobiernos locales para recapitalizar los bancos, que llega en un momento en el que sus propios pasivos crecen rápidamente, podría hacer aún más precario el acto de equilibrio financiero para los municipios.

Además de los 21.000 millones de dólares recaudados en lo que va de año, el gobierno provincial de Henan anunció la semana pasada un plan para emitir bonos con fines especiales por valor de 28.200 millones de yuanes para recapitalizar 26 bancos locales, según la página web del gobierno.

ESLABONES DÉBILES

Los bancos regionales más pequeños son los eslabones débiles del sector financiero chino, valorado en 61 billones de dólares, debido a su concentración industrial, sectorial y geográfica, a su opaca gobernanza y a la falta de una estricta supervisión reguladora.

A finales de septiembre, los bancos comerciales rurales de China registraban una tasa de morosidad del 3,18%, mientras que los bancos comerciales urbanos se situaban en el 1,91%, según datos de la NFRA, por encima de la media del 1,61% del sector bancario.

Muchos analistas creen que la cantidad real de préstamos morosos es mucho mayor.

Los bancos chinos más pequeños se enfrentan a mayores retos a la hora de recaudar fondos para reponer sus balances en comparación con sus grandes homólogos, debido a su menor solvencia, su limitado alcance operativo y sus perfiles de riesgo.

Entre los principales emisores de bonos especiales de este año se encuentran los gobiernos provinciales endeudados de Liaoning, Yunnan y el gobierno de la región de Mongolia Interior, que pretenden utilizar los ingresos para recapitalizar los bancos locales.

Los bancos regionales que operan principalmente en las regiones más débiles y están muy expuestos a los vehículos de financiación de los gobiernos locales endeudados corren mayores riesgos crediticios que sus homólogos de las regiones ricas, señalaron los analistas de S&P en la nota de investigación del mes pasado.

"Los gobiernos locales son probablemente la primera línea de defensa cuando los bancos regionales sufren tensiones", afirmaron. "No obstante, esperamos que el apoyo de los gobiernos locales a los prestamistas en apuros sea selectivo". (Reportaje de Ziyi Tang y Ryan Woo; Edición de Sumeet Chatterjee y Kim Coghill)