Sudáfrica ofreció el miércoles un despliegue de pompa y ceremonia para la toma de posesión de Cyril Ramaphosa como presidente para un segundo mandato que verá a su Congreso Nacional Africano compartir el poder con otros partidos después de que perdiera la mayoría en el Parlamento.

Jefes de Estado y dignatarios africanos se congregaron ante los Edificios de la Unión en Pretoria, sede del gobierno sudafricano, para ver llegar la comitiva de Ramaphosa con una guardia de honor a caballo.

Ramaphosa encabezará lo que él llama un gobierno de unidad nacional con otros cinco partidos, incluido el mayor rival y virulento crítico del CNA, la proempresarial Alianza Democrática.

Aunque los inversores han acogido con satisfacción la inclusión de la DA, que quiere impulsar el crecimiento mediante reformas estructurales y políticas fiscales prudentes, los analistas afirman que las fuertes divisiones ideológicas entre los partidos podrían hacer inestable el gobierno.

Justo antes de las elecciones, Ramaphosa promulgó un proyecto de ley sobre el Seguro Nacional de Salud que, según la DA, podría colapsar un sistema sanitario que se tambalea. No está claro qué ocurrirá con esa ley bajo el nuevo gobierno.

La DA aboga por desechar el emblemático programa de empoderamiento económico de los negros del CNA, alegando que no ha funcionado, un tema muy polémico en una nación que lidia con enormes desigualdades, algunas heredadas del apartheid.

Ramaphosa aún no ha anunciado la composición de su nuevo gobierno, que tendrá que negociar con los miembros de la nueva alianza.

"El presidente no quiere que el país atraviese un periodo prolongado de incertidumbre", declaró su portavoz, Vincent Magwenya, a la emisora estatal SABC.

"Esta vez, hay una pequeña capa de complejidad en el sentido de que tiene que consultar con los diversos partidos que forman parte del gobierno de unidad nacional. Esas consultas han estado en marcha. Continuarán, incluso esta noche", afirmó.

Antiguo movimiento de liberación, el CNA llegó al poder bajo el liderazgo de Nelson Mandela en las elecciones de 1994 que marcaron el fin del apartheid. Antaño imbatible, ha perdido su brillo tras presidir años de declive.

Sigue siendo el partido más grande tras las elecciones del 29 de mayo, con 159 escaños de los 400 de la Asamblea Nacional, pero perdió millones de votos en comparación con las anteriores elecciones de 2019. La cuota de votos de la DA se mantuvo estable y cuenta con 87 escaños.

Los votantes castigaron al CNA por los altos niveles de pobreza, desigualdad y desempleo, la delincuencia rampante, los continuos cortes de electricidad y la corrupción en las filas del partido.