Estados Unidos se ha incautado de divisas digitales por valor de cerca de medio millón de dólares de una cuenta registrada a nombre de un chino que apareció en una investigación de Reuters sobre un fraude de criptoinversiones dirigido desde el sudeste asiático.

Las autoridades estadounidenses dijeron que la estafa que motivó la incautación implicaba un fraude de criptoinversión conocido como "pig butchering". En este tipo de estafas, los defraudadores manipulan a personas desprevenidas a las que conocen por Internet, persuadiéndolas para que inviertan en falsos planes de criptoinversión.

El Servicio Secreto estadounidense confiscó el cripto de una cuenta a nombre de Wang Yicheng en junio, según un documento presentado por las autoridades estadounidenses en un tribunal federal de Massachusetts. El cripto valía entonces unos 500.000 dólares. El dinero robado inicialmente a una víctima de Massachusetts fue rastreado hasta la cuenta de Wang, según el documento presentado el 21 de noviembre.

Reuters, en un artículo publicado el mes pasado, identificó a Wang como un hombre de negocios que forjó relaciones con miembros de las fuerzas del orden y de la élite política tailandesa mientras ejercía de vicepresidente de un grupo comercial chino con sede en Bangkok. El artículo del 23 de noviembre detallaba cómo una cuenta de criptomonedas a nombre de Wang recibió más de 90 millones de dólares en los últimos años, según documentos y registros de transacciones. De esa cantidad, al menos 9,1 millones de dólares procedían de una criptocartera que, según la empresa estadounidense de análisis de blockchain TRM Labs, estaba vinculada a estafas relacionadas con la matanza de cerdos, informó Reuters.

El informe destacaba el ejemplo de un hombre de California cuya familia dijo que le habían estafado unos 2,7 millones de dólares. Envió dinero a criptocarteras que canalizaron los fondos a la cuenta a nombre de Wangs, mostró el informe. La reciente presentación ante los tribunales estadounidenses citaba otro ejemplo, el de un residente de Cambridge, Massachusetts. Supuestamente fue estafado con criptomonedas por valor de unos 478.000 dólares, que fueron desviados a dos cuentas de criptomonedas, una de las cuales estaba a nombre de Wangs.

Los detalles de la cuenta facilitados en la presentación ante el tribunal estadounidense -incluyendo a nombre de quién estaba registrada, dónde se mantenía, los cuatro últimos dígitos de los números de cuenta y la dirección de la criptocartera correspondiente- coinciden con los detalles de la cuenta de Wang destacados en el informe de Reuters.

Las autoridades estadounidenses dijeron que la cuenta a nombre de Wang había recibido más de 90 millones de dólares desde que se abrió en 2020, según la presentación, que era una declaración jurada de la agente especial del Servicio Secreto de Estados Unidos Heidi Robles. Este nivel de actividad es indicativo de una cuenta controlada por una organización criminal con el propósito de blanquear fondos robados, dijo Robles en la presentación.

Wang no respondió a las solicitudes de comentarios. El jefe de la Oficina de Investigación de Delitos Cibernéticos de la policía tailandesa declinó hacer comentarios.

El grupo comercial al que representaba Wang se llama Asociación Comercial de Intercambio Económico Tailandia-Asia. En respuesta a preguntas para este artículo, dijo que acataba las leyes y reglamentos y que no apoyaba actividades ilegales. Dijo que los negocios y asuntos personales de Wang no tenían nada que ver con la asociación comercial, y añadió que Wang ya no formaba parte del grupo y que éste ya no estaba en contacto con él.

El grupo Thai-Asia dijo previamente a Reuters en una carta del 4 de diciembre que Wang abandonó su junta hace más de tres meses. Ello se debió a que Wang no pagó las nuevas cuotas de miembro de los grupos comerciales, así como a razones personales, sobre las que la carta no daba más detalles. El grupo dijo que las comprobaciones de antecedentes que realizó sobre Wang cuando solicitó originalmente la afiliación y después del informe de Reuters del 23 de noviembre no encontraron antecedentes penales.

La presentación ante el tribunal estadounidense formaba parte de una acción civil de confiscación, en la que el gobierno busca la aprobación del tribunal para tomar posesión de bienes incautados que alega están vinculados a un delito. Estados Unidos no ha interpuesto ninguna acción penal relacionada con el caso, según informó la fiscalía de Massachusetts en el momento de su presentación en noviembre.

El fiscal federal en funciones de Massachusetts, Joshua Levy, dijo a Reuters que su oficina ha estado utilizando decomisos civiles para recuperar fondos robados a través de esquemas de fraude con criptomonedas. A pesar de la naturaleza aparentemente escurridiza de las transacciones de criptodivisas, la aplicación de la ley se está adaptando y evolucionando, dijo en un comunicado.