Las posiciones cortas en el mercado bursátil chino se redujeron un tercio en febrero, hasta alcanzar su nivel más bajo en más de tres años, como reflejo de las medidas adoptadas por los reguladores para frenar la especulación e impulsar la confianza de los inversores.

El índice CSI300 de valores de primer orden de China ha rebotado casi un 14% desde los mínimos de cinco años que alcanzó el mes pasado, al disminuir la presión vendedora ante los esfuerzos de estabilización del gobierno, aunque el crecimiento económico sigue pareciendo frágil.

El saldo de valores que los inversores han tomado prestados para vender en corto se desplomó hasta los 43.500 millones de yuanes (6.040 millones de dólares) a finales de febrero, un tercio del nivel de finales de enero y el más bajo desde julio de 2020, según datos de China Securities Finance Corp, una empresa estatal que presta servicios de financiación de márgenes en el mercado.

Los datos, sin embargo, no recogen otras posiciones cortas a través de derivados o futuros sobre acciones.

Como parte de una serie de medidas para reactivar el mercado, el organismo de control de valores de China suspendió el mes pasado a las agencias de valores el préstamo de acciones para prestárselas a los vendedores en corto. Además, se prohibió a los inversores vender en corto acciones compradas el mismo día.

La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC) ha afirmado que sus políticas pretenden crear unas condiciones equitativas en un mercado en el que los inversores minoristas representan la mayor parte de las operaciones.

Corredurías como CITIC securities, GF Securities y China Securities han seguido el consejo del regulador y han dicho que restringirán las actividades de venta en corto.

Wei Mingsan, director general de Zhejiang DeepWin Asset Management Co, declaró que las restricciones imposibilitaban a los gestores de fondos llevar a cabo la estrategia de negociación intradía "T+0".

Los gestores de fondos han denunciado las medidas.

Yuan Yuwei, gestor de fondos de cobertura de Water Wisdom Asset Management, dijo que las restricciones dificultaban cada vez más la negociación de la denominada estrategia de renta variable larga-corta, en la que un fondo trata de comprar valores con rendimientos superiores al tiempo que pone en corto valores con rendimientos inferiores.

"Tanto los largos como los cortos son buenos para la inversión en valor. Sin la venta en corto, el mercado podría ser vulnerable a una mayor volatilidad", dijo Yuan, argumentando que los reguladores deberían perseguir a los manipuladores del mercado, no a los vendedores en corto.

El debate muestra que los reguladores chinos caminan por la cuerda floja entre la eficacia y la equidad a medida que intensifican el escrutinio sobre las ventas en corto, las operaciones apalancadas y la negociación de alta frecuencia.

"Esta vigilancia reguladora tiene sentido en el contexto de mantener la estabilidad de los mercados", afirmó Kher Sheng Lee, codirector para Asia-Pacífico de AIMA, un grupo de presión que representa a los gestores de fondos de más de 60 países.

"Sin embargo, es crucial lograr un delicado equilibrio entre la regulación y el libre mercado". (Reportaje de Jason Xue y Summer Zhen; información adicional de Samuel Shen; edición de Kim Coghill y Vidya Ranganathan)