La imagen de Benín como bastión de la democracia y la estabilidad en África Occidental se ha visto mermada bajo la presidencia de Patrice Talon, que se retractó de su promesa de no presentarse a otro mandato y supervisó una represión de la oposición desde que llegó al poder en 2016.

Siete partidos compiten por 109 escaños parlamentarios en la votación del domingo, entre ellos el partido Demócratas, vinculado al predecesor de Talon y rival de Thomas Boni Yayi. Los partidarios de Boni Yayi encabezaron las protestas en 2019 después de que los partidos de la oposición fueran bloqueados en la votación legislativa por no cumplir los estrictos nuevos criterios electorales.

Los colegios electorales estaban tranquilos en la capital comercial, Cotonú, el domingo por la mañana, y no había señales de disturbios.

"Veo que estamos pasando definitivamente las malas páginas de nuestra historia política reciente, ahora todo el mundo acude a las elecciones con entusiasmo", declaró Talon tras votar en una escuela primaria de Cotonú.

Los resultados preliminares, previstos para el 11 de enero, pueden ser un indicador de la fuerza de las fuerzas políticas que pugnan por suceder a Talon. Las próximas elecciones presidenciales están previstas para 2026, cuando también se celebrará la próxima votación parlamentaria.

Talon no pertenece a ningún partido, pero cuenta con el apoyo de los dos partidos actualmente en el poder en el parlamento: el Bloc Republicain y la Union Progressiste le Renouveau.

'PAZ Y TRANSPARENCIA

No había indicios inmediatos de que la votación fuera a ser testigo de protestas como las de 2019 o las que estallaron en 2021 contra la decisión de Talon de presentarse a la reelección, afirmó el analista político Expedit Ologou, director del thinktank beninés Academia Cívica para el Futuro de África.

Con más partidos en las urnas, la participación debería volver a niveles normales de alrededor del 60% tras caer a sólo el 27% en 2019, dijo Ologou.

Bajo el mandato de Talon, las protestas políticas han sido respondidas con una violencia policial mortífera, mientras que los procesamientos politizados y otras tácticas legales se han utilizado para ahogar a la oposición, afirmó la organización estadounidense de vigilancia de la democracia Freedom House en su informe de 2022.

Talon ha negado tener como objetivo a los opositores políticos o violar los derechos humanos.

"Es una votación muy importante para Benín, sobre todo porque esta vez todos los partidos... pueden participar. Queremos que todo vaya bien en paz y transparencia", declaró Prosper Adoukonou, de 72 años, tras votar en Cotonú.

La economía de Benín, dependiente de la agricultura, ha repuntado desde la pandemia de coronavirus, creciendo más de un 7% en 2021 y la primera mitad de 2022. Pero este país de 12 millones de habitantes sigue siendo uno de los más pobres del mundo. Una quinta parte de la población vive con menos de 1,90 dólares al día, según datos del Banco Mundial.

La seguridad regional puede ser una de las principales preocupaciones de los votantes en estas elecciones, ya que Benín, junto con los vecinos Togo y Costa de Marfil, ha sido testigo de un aumento de los ataques de militantes vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico a medida que la violencia se arrastra hacia el sur desde los países del Sahel de Malí, Burkina Faso y Níger.

La inseguridad y el encarecimiento de la vida vinculados a la guerra en Ucrania suponen una amenaza para los recientes avances económicos, según advirtió el Fondo Monetario Internacional el pasado mes de julio.