Svante, dirigida por Claude Letourneau, está desarrollando una tecnología de captura de carbono para empresas industriales, en particular de los sectores del cemento y la pasta y el papel.

La iniciativa se inspira en los trabajos de Svante Arrhenius, de 135 años de antigüedad. La empresa colabora con Climeworks para extraer CO2 de la atmósfera mediante filtros especiales.

Tras 16 años de investigación y desarrollo, Svante ha conseguido reunir 500 millones de dólares para financiar sus actividades. Actualmente está construyendo una fábrica para producir estos filtros, con el objetivo de equipar 10.000 instalaciones de captura de CO2 en las próximas tres décadas. El proceso de puesta en marcha de un proyecto de captura de carbono con una empresa asociada dura unos cuatro años, incluyendo las fases de discusión y construcción.

En 2022, Svante recaudó 318 millones de dólares, con Chevron como principal inversor. Letourneau subraya la importancia del apoyo de la industria del petróleo y el gas y pide una mayor participación de los fondos de infraestructuras de capital privado para acelerar el despliegue de estas tecnologías.

También señala que la aceptación pública de la gestión del carbono es un proceso lento, y compara la situación con la gestión de los residuos domésticos. Destaca la dificultad de que el público perciba la necesidad de gestionar el CO2, un residuo invisible e inodoro, a diferencia de la basura doméstica.

 


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