La mayoría de las 176 personas que murieron cuando Irán derribó el avión ucraniano en enero de 2020 eran ciudadanos de esos cuatro países, que crearon un grupo de coordinación que pretende hacer que Teherán rinda cuentas.

"A pesar de nuestros mejores esfuerzos durante los últimos dos años y de los múltiples intentos de resolver este asunto mediante negociaciones, el Grupo de Coordinación ha determinado que los nuevos intentos de negociar con Irán... son inútiles", dijo en un comunicado.

"El Grupo de Coordinación se centrará ahora en las acciones subsiguientes a tomar para resolver este asunto de acuerdo con el derecho internacional", continuó, pero no dio detalles.

Teherán dice que los Guardias Revolucionarios derribaron accidentalmente el avión Boeing 737 y culpó a un radar mal alineado y a un error del operador de defensa aérea, en un momento de gran tensión entre Teherán y Estados Unidos.

Un tribunal de Ontario, Canadá, concedió esta semana 107 millones de dólares canadienses (83,8 millones de dólares), más intereses, a las familias de seis personas que murieron. En junio, Canadá dijo que no había encontrado pruebas de que el derribo del avión hubiera sido premeditado.

(1 dólar = 1,2772 dólares canadienses)