China se enfrenta a olas de calor más cálidas y prolongadas y a lluvias torrenciales más frecuentes e impredecibles como consecuencia del cambio climático, advirtió el jueves la oficina meteorológica, mientras la segunda mayor economía del mundo se prepara para otro verano abrasador.

En su "Libro Azul" anual sobre el clima, la Administración Meteorológica de China (AMC) advirtió de que las temperaturas máximas en todo el país podrían aumentar entre 1,7 y 2,8 grados centígrados (3-5 Fahrenheit) en un plazo de 30 años, siendo el este de China y la región noroccidental de Xinjiang las que más lo sufrirán.

El año pasado, las temperaturas medias nacionales alcanzaron un nuevo máximo, lo que provocó niveles récord de retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost en el noroeste, según el Libro Azul.

China se describe a sí misma como uno de los países más vulnerables al clima del mundo, y está sometida a una presión cada vez mayor para adaptarse a unos patrones climáticos que cambian rápidamente y a unos niveles del mar que suben más deprisa que la media mundial.

"China es una región sensible al cambio climático global, una región en la que el impacto será significativo", declaró Yuan Jiashuang, vicedirectora del Centro Nacional del Clima de la CMA, en una reunión informativa.

Advirtió de que si las emisiones siguen siendo elevadas, los fenómenos de calor extremo que en China se producen una vez cada cincuenta años podrían suceder cada dos años a finales de siglo, y las precipitaciones podrían duplicarse y volverse más impredecibles.

La oficina meteorológica dijo el jueves que espera que las temperaturas en la mayoría de las zonas de China sean relativamente altas durante los próximos meses, lo que indica un segundo verano consecutivo de calor extremo.

Las lluvias torrenciales y las inundaciones ya están azotando el sur y las temperaturas han batido récords en varias zonas del norte y el centro de China, amenazando las cosechas y presionando las redes eléctricas.

Las temperaturas medias de marzo a mayo alcanzaron su nivel más alto desde que comenzaron los registros en 1961, según datos oficiales. La oficina meteorológica también dijo que dos tifones podrían tocar tierra en China continental en julio. Se espera que los tifones se desplacen en dirección oeste o noroeste, según las autoridades.

El año pasado, dos potentes tifones - Doksuri y Haikui - tocaron tierra, provocando lluvias masivas que batieron récords en algunas zonas, desataron inundaciones y provocaron evacuaciones generalizadas. (Información de Bernard Orr y de la redacción de Pekín; Información adicional de David Stanway en Singapur; Edición de Kim Coghill, Michael Perry y Raju Gopalakrishnan)