29 ago (Reuters) - Un dron estadounidense atacó el domingo a un vehículo que tenía como objetivo perpetrar un atentado suicida en el aeropuerto de Kabul, mientras las fuerzas estadounidenses trabajaban para completar una retirada que pondrá fin a dos décadas de presencia militar en Afganistán, dijeron funcionarios estadounidenses.

El ataque fue el segundo del ejército estadounidense desde que un atentado suicida de Estado Islámico (EI) en las afueras del aeropuerto acabó el jueves con la vida de 13 soldados estadounidenses y a decenas de civiles afganos.

El aeropuerto ha sido escenario de un puente aéreo masivo por parte de las fuerzas estadounidenses y aliadas que evacuaron a sus ciudadanos y a afganos desesperados por abandonar el país desde que los talibanes tomaron el control hace dos semanas.

Las autoridades dijeron que el ataque selectivo tuvo como objetivo a militantes de la filial local del EI, que es enemiga tanto de Occidente como del movimiento talibán tomó la capital el 15 de agosto tras una ofensiva relámpago.

Un funcionario estadounidense dijo que fue ejecutado por un dron manejado desde fuera de Afganistán, y que las explosiones secundarias que siguieron al ataque mostraron que el objetivo llevaba una cantidad sustancial de explosivos. Imágenes de televisión mostraron humo negro elevándose hacia el cielo.

Funcionarios estadounidenses habían dicho que estaban especialmente preocupados por un ataque al aeropuerto mientras salen sus tropas, en particular la amenaza de cohetes y explosivos transportados por vehículos.

El ataque con dron ocurrió mientras aún había civiles esperando en el aeropuerto para salir en avión antes de que se vayan las últimas tropas, dijo a Reuters un funcionario de seguridad occidental. Un funcionario estadounidense dijo a Reuters el sábado que quedaban menos de 4.000 soldados.

Los talibanes también dijeron que la explosión fue causada por un misil estadounidense. "El vehículo y los que estaban dentro murieron en el ataque con drones", dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.

Según afirmó, empezaron sus propias investigaciones para determinar si realmente se trataba de un atacante suicida que conducía un vehículo cargado de explosivos.

El presidente Joe Biden ha dicho que cumplirá con su fecha límite para retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán antes del martes. El sábado indicó que sus jefes militares le habían dicho que es muy probable que haya otro ataque por parte de los militantes islámicos.

Estados Unidos y sus aliados sacaron del país a unas 114.400 personas -extranjeros y afganos vulnerables- en las últimas dos semanas, pero decenas de miles de personas que querían irse se quedarán atrás igualmente.

"Intentamos todas las opciones porque nuestras vidas están en peligro. Ellos (los estadounidenses o las potencias extranjeras) deben mostrarnos una forma de salvarnos. Deberíamos salir de Afganistán o deberían proporcionarnos un lugar seguro", dijo una mujer al exterior del aeropuerto.

El puente aéreo, una de las operaciones de evacuación más grandes de la historia, marcó el final de la misión occidental de 20 años en Afganistán, que comenzó cuando fuerzas lideradas por Washington derrocaron al gobierno talibán que proporcionó refugio a los perpetradores de los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos.

El capítulo final se selló después de que Estados Unidos y los talibanes llegaron a un acuerdo para poner fin a la participación extranjera el 31 de agosto. El gobierno respaldado por Occidente y el ejército afgano se derrumbaron ante al avance relámpago talibán.

Un funcionario talibán dijo a Reuters que el grupo islamista tenía ingenieros y técnicos listos para hacerse cargo del aeropuerto.

"Estamos esperando el sí final estadounidense para asegurar el control total sobre el aeropuerto de Kabul, ya que ambas partes apuntan a una entrega rápida", dijo el funcionario, hablando bajo condición de anonimato.

HONRAR A LOS MUERTOS

Biden fue el domingo a la Base de la Fuerza Aérea de Dover para honrar a los militares que murieron en el ataque del jueves y cuyos restos regresaron a Estados Unidos.

Prometió perseguir a los responsables y el sábado dijo que murieron dos militantes del EI en un ataque con drones. Los talibanes condenaron ese ataque, que tuvo lugar en la provincia oriental de Nangarhar, que limita con Pakistán.

El asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo que Washington espera que los talibanes permitan aún el paso seguro para la salida de estadounidenses y otros después de que se complete la retirada militar.

"Los talibanes han comunicado tanto en privado como en público que permitirán un paso seguro", dijo en CBS TV.

El colapso del gobierno afgano dejó un vacío administrativo que ha provocado temores de una crisis económica y una hambruna generalizada.

El precio de productos básicos como la harina, el aceite y el arroz están aumentando rápidamente y la moneda se está hundiendo. Los cambistas al otro lado de la frontera en Pakistán ya se niegan a aceptar la divisa afgana.

El sábado, las autoridades ordenaron a los bancos reabrir e impusieron un límite a los retiros de 200 dólares o 20.000 afganis. Frente a las sucursales se formaban largas colas de personas que intentan sacar su dinero.

Mujahid dijo que las dificultades desaparecerán rápidamente una vez que la nueva administración esté en funcionamiento. No obstante, con su economía destrozada por décadas de guerra, Afganistán se enfrenta ahora al fin de miles de millones de dólares en ayuda exterior vertida por donantes occidentales.

Mujahid dijo que los talibanes anunciarán un gabinete completo en los próximos días. Ya han sido designados gobernadores y jefes de policía en todas menos una de las 34 provincias de Afganistán, afirmó.

Los talibanes también pidieron a Estados Unidos y otras naciones occidentales que mantengan relaciones diplomáticas después de la retirada. Reino Unido dijo que eso solo sucederá si los talibanes permiten el paso seguro para los que quieran irse y respetan los derechos humanos.

(Reporte de oficinas de Reuters y Rupam Jain; escrito por Raju Gopalakrishnan y Angus MacSwan; editado en español por Carlos Serrano)