Los tanques del emplazamiento contienen actualmente alrededor de 1,3 millones de toneladas de agua radiactiva, el equivalente a 500 piscinas olímpicas. Así es como Tokyo Electric Power (Tepco) planea hacer frente a la situación:

El plan japonés para evacuar el agua
 
Tepco ha filtrado el agua contaminada para eliminar sus isótopos, dejando sólo tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno difícil de separar. Tepco diluirá el agua hasta que los niveles de tritio estén por debajo de los límites reglamentarios antes de verterla al océano desde el emplazamiento costero. El agua que contiene tritio se vierte habitualmente desde las centrales nucleares de todo el mundo, y las autoridades reguladoras están a favor de que el agua de Fukushima se trate de esta forma.
 
El tritio se considera relativamente inofensivo porque su radiación no es lo suficientemente energética como para penetrar en la piel humana. Sin embargo, cuando se ingiere a niveles superiores a los del agua evacuada, puede aumentar el riesgo de cáncer, como se recoge en un artículo de Scientific American publicado en 2014.
 
La eliminación del agua llevará décadas, con filtraciones y diluciones continuas, junto con el desmantelamiento previsto de la central.

¿Es segura el agua?
 
Japón y las organizaciones científicas afirman que el agua evacuada es segura, pero los ecologistas sostienen que no se han estudiado todas las posibles repercusiones. Japón afirma que tiene que empezar a evacuar el agua porque los tanques de almacenamiento están llenos.
 
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), organismo de control nuclear de la ONU, dio luz verde al proyecto en julio, afirmando que cumplía las normas internacionales y que el impacto sobre las personas y el medio ambiente era "insignificante".
 
Greenpeace declaró el martes que los riesgos radiológicos no se habían evaluado en su totalidad y que los efectos biológicos del tritio, el carbono-14, el estroncio-90 y el yodo-129 -que se eliminarán con el agua- "se han ignorado". 
 
El proceso de filtrado eliminará el estroncio-90 y el yodo-129, y la concentración de carbono-14 en el agua contaminada está muy por debajo de la norma de liberación reglamentaria, según documentos de Tepco y del gobierno japonés. Japón ha afirmado que los niveles de tritio en el agua estarán por debajo de los considerados potables según las normas de la Organización Mundial de la Salud.
 
"Sin embargo, no es práctica de ningún país beber agua vertida de instalaciones nucleares", declaró la semana pasada la misión japonesa ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
 
El gobierno tomará "las medidas apropiadas, incluida la suspensión inmediata de las evacuaciones" si se detectan concentraciones anormalmente altas de materiales radiactivos, decía el documento. El gobierno surcoreano concluyó a partir de su propio estudio que la evacuación del agua cumplía las normas internacionales y dijo que respetaba la evaluación del OIEA.

Reacciones a la evacuación del agua
 
Tepco se ha puesto en contacto con las comunidades pesqueras y otras partes interesadas y está promocionando los productos agrícolas, pesqueros y forestales en tiendas y restaurantes para reducir cualquier daño a la reputación de los productos de la región.
 
Los sindicatos de pescadores de Fukushima llevan años instando al gobierno a no evacuar el agua, argumentando que ello destruiría los esfuerzos por restaurar la reputación de sus pesquerías.
 
Masanobu Sakamoto, director de la Federación Nacional de Asociaciones de Cooperativas Pesqueras, declaró el lunes que el grupo entendía que la evacuación podía ser segura desde el punto de vista científico, pero seguía temiendo daños a su reputación.
 
Los países vecinos también han expresado su preocupación. China ha sido el que más se ha pronunciado, calificando el plan de Japón de irresponsable, impopular y unilateral. China es el mayor importador de productos del mar japoneses. Esta mañana ha anunciado la suspensión de las importaciones de marisco de Japón. La prohibición entró en vigor con efecto inmediato el jueves, y se aplicará a todas las importaciones de "productos acuáticos", incluido el marisco.
 
Poco después del tsunami y el terremoto de 2011 que dañaron la central de Fukushima, China prohibió las importaciones de alimentos y productos agrícolas procedentes de cinco prefecturas japonesas. Pekín amplió posteriormente la prohibición a 10 de las 47 prefecturas japonesas.