El Parlamento Europeo dio el miércoles su visto bueno para que la UE abandone el tratado de la Carta de la Energía, un acuerdo internacional que protege las inversiones energéticas, por temor a que socave los esfuerzos para luchar contra el cambio climático.

POR QUÉ ES IMPORTANTE

El Tratado sobre la Carta de la Energía de 1998 permite a las empresas energéticas demandar a los gobiernos por políticas que perjudiquen sus inversiones. En los últimos años, las empresas lo han utilizado para reclamar indemnizaciones por medidas que exigen el cierre de centrales de combustibles fósiles.

La Unión Europea quiere abandonar el tratado, del que dice que es un obstáculo para luchar contra el cambio climático y pasar a las energías limpias.

Bruselas propuso una salida conjunta, después de que miembros de la UE como Dinamarca, Francia, Alemania, Luxemburgo, Polonia, España y los Países Bajos anunciaran sus propios planes para abandonarlo, en su mayoría por preocupaciones climáticas.

La pérdida de la UE reduciría aproximadamente a la mitad los 50 signatarios actuales del tratado, entre los que también se encuentran Azerbaiyán, Japón y Turquía.

CITAS CLAVE

La secretaría del Tratado sobre la Carta de la Energía no respondió a una solicitud de comentarios.

La eurodiputada de Los Verdes Anna Cavazzini, que dirigió los trabajos de la Eurocámara sobre la salida del tratado, declaró: "Este absurdo tratado ha ralentizado la protección del clima y ha costado a los ciudadanos miles de millones del dinero de los contribuyentes en forma de costes legales ante tribunales de arbitraje privados y pagos de indemnizaciones a empresas multinacionales".

QUÉ SIGUE

La aprobación del Parlamento significa que los países de la UE pueden tomar una decisión final para salir del tratado, que se espera para mayo, dijeron funcionarios de la UE. Los ministros dieron su respaldo inicial el mes pasado.

Chipre y Hungría querían permanecer, mientras que a otros países les preocupaba que los esfuerzos por modernizar el tratado se echaran a perder con su salida.

Para calmar esas preocupaciones, se espera que los países de la UE acuerden que primero dejarán pasar las reformas para modernizar el tratado, antes de salir.

Los signatarios del tratado acordaron las reformas el año pasado, pero tenían pocas posibilidades de entrar en vigor sin el apoyo de la UE.

Una de las reformas reduciría a la mitad el tiempo que las empresas energéticas no comunitarias seguirían disfrutando de las protecciones del pacto a sus inversiones en la UE, tras la salida del bloque. (Reportaje de Kate Abnett; Edición de Mark Potter )