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28 de junio - El presidente boliviano de izquierda, Luis Arce, dijo el viernes a Reuters que el apoyo en las calles había fortalecido a su gobierno tras un fallido golpe militar hace apenas unos días y que seguiría trabajando hasta su último día, en una de sus primeras entrevistas desde el dramático ataque.

El tranquilo economista fue lanzado a la atención mundial el miércoles, cuando unidades militares rebeldes tomaron la plaza central de La Paz y embistieron una puerta del palacio presidencial con un vehículo blindado para permitir la entrada precipitada de soldados.

Flanqueado por soldados armados, un general renegado, Juan José Zúñiga, había exigido una reorganización del gobierno. Arce había advertido de que el país sin salida al mar, de unos 12 millones de habitantes, se enfrentaba a un golpe de Estado y pidió a sus partidarios que se movilizaran.

Cara a cara ordenó al general que se retirara, y horas más tarde, al desintegrarse el apoyo al golpe, los soldados se retiraron.

Zúñiga y docenas de personas más han sido detenidas desde entonces. El ataque es el intento más dramático de derrocar al gobierno en Bolivia en los últimos años, a pesar de su abigarrada historia con cerca de 190 intentos de golpe de Estado en sólo dos siglos.

"El apoyo de la gente en las calles y el apoyo internacional que recibimos nos ha fortalecido para estar aquí de nuevo y continuar nuestro trabajo", dijo Arce, un estudioso de Karl Marx al que se atribuye haber impulsado los "milagros económicos" de Bolivia a principios de la década de 2000 como ministro de Economía del emblemático líder Evo Morales.

"Para nosotros no ha cambiado absolutamente nada (...). Vamos a seguir trabajando hasta el último día", dijo en la sede del gobierno en la capital política del altiplano, La Paz, donde soldados armados habían irrumpido a sólo metros (yardas) días antes.

Arce y Morales, aunque ambos del mismo partido socialista MAS y antiguos aliados, se han convertido en feroces rivales. Morales, que dimitió en 2019 tras unas disputadas elecciones que desataron violentas protestas, quiere desbancar a Arce en las elecciones presidenciales de 2025.

Arce, de 60 años, reconoció las tensiones financieras de la economía boliviana, productora de gas, que han provocado una escasez de dólares, gasolina en los surtidores y un creciente descontento de los votantes.

"Hay una falta temporal de liquidez de dólares estadounidenses", dijo Arce, añadiendo que su administración había tomado "varias medidas" para resolver el problema, sin dar detalles concretos.

El presidente culpó a "intereses externos e internos" de aumentar las presiones económicas del país, "a los que no les gusta que estemos industrializando nuestros recursos naturales", una referencia a las reservas de gas y de litio del país, enormes pero sin explotar.

"No les gusta que hayamos adoptado una posición muy soberana en la economía nacional". (Reportaje de Lucinda Elliott, Monica Machicao y Daniel Ramos; Edición de Sandra Maler)