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El dólar retrocedió ligeramente desde su reciente máximo de 20 años el viernes, pero sigue en camino de su mejor mes desde 2015, tras verse impulsado por una combinación de expectativas de subida de tipos en Estados Unidos y preocupaciones por el crecimiento en China y Europa.
En el último día de un mes sísmico para los mercados de divisas, los principales pares de divisas retrocedieron ligeramente respecto a su trayectoria reciente, mientras los mercados mundiales se estabilizaban y un repunte de la tecnología china encaminaba a las acciones asiáticas hacia su mejor día en seis semanas.
Los datos de crecimiento de EE.UU., más débiles de lo esperado, no frenaron la subida del dólar, y los inversores siguen esperando una subida de tipos de 50 puntos básicos en la reunión de la Reserva Federal de la próxima semana. "La Fed ha hecho mucho para llevar a los mercados a donde están hoy y un PIB sorprendentemente débil nunca habría desencadenado esto", dijo Derek Halpenny, jefe de investigación de MUFG, en una nota a los clientes.
El euro se encaminaba a una caída mensual del 4,4% frente al dólar, dirigiéndose a su peor mes desde 2015. Tras caer el jueves por encima de 1,05 dólares por primera vez en cinco años, el viernes se estabilizó un poco en 1,10575 dólares. El euro ha perdido cerca de un 6,5% frente al dólar desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, ya que los inversores se preocupan por la seguridad energética, la inflación y el crecimiento en Europa. Los operadores estaban a la espera de los datos del PIB y de la inflación flash de la Eurozona, que se conocerán a las 0900 GMT. Las divisas europeas podrían beneficiarse si los datos de la inflación sorprenden al alza, lo que provocaría comentarios de los miembros del Banco Central Europeo más agresivos, según escribieron los estrategas de ING FX en una nota de cliente.
El dólar y el yen se mantuvieron por encima del nivel psicológico clave de 130, en 130,065, después de superar los 130 por primera vez en 20 años el jueves, cuando el Banco de Japón se comprometió a mantener su política de tipos superbajos. Por su parte, la libra esterlina subió a 1,256 dólares por el debilitamiento del dólar, pero aún así estaba preparada para su mayor caída mensual desde 2016.
