LONDRES, 31 oct (Reuters) - En Los Ángeles, un hombre intenta entrar en casa de una familia al grito de "matad a los judíos". En Londres, en un parque infantil le dicen a niñas que son "judías apestosas" y que no deben subirse al tobogán. En China, los mensajes que comparan a los judíos con parásitos, vampiros o serpientes proliferan en las redes sociales, atrayendo miles de "me gusta".

Son ejemplos de incidentes de antisemitismo, que han aumentado en todo el mundo desde el ataque de hombres armados de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre y los posteriores ataques de Israel a la Franja de Gaza contra el grupo islamista.

"Es el momento más aterrador para ser judío desde la Segunda Guerra Mundial. Hemos tenido problemas antes, pero las cosas nunca habían estado tan mal en toda mi vida", dijo Anthony Adler, de 62 años, a la salida de una sinagoga a la que había ido a rezar en Golders Green, un barrio londinense con una gran comunidad judía.

Adler, que dirige tres escuelas judías, cerró temporalmente dos de ellas después del 7 de octubre por temor a ataques contra los alumnos, y ha reforzado la seguridad en las tres.

"El mayor temor es que haya un atentado aleatorio contra nuestra comunidad, nuestras familias y nuestros hijos", afirmó.

En los países en los que se dispone de cifras de la policía o de grupos de la sociedad civil, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Sudáfrica, el patrón es claro: el número de incidentes antisemitas se han multiplicado varias veces desde el 7 de octubre, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En algunos países, como Estados Unidos y Gran Bretaña, los incidentes islamófobicos también han aumentado desde el 7 de octubre.

En el caso de los incidentes antisemitas, la mayoría consisten en insultos verbales, calumnias o amenazas en Internet, pintadas y desfiguración de propiedades, negocios o lugares de importancia religiosa judíos. Las agresiones físicas representan una proporción significativa.

Un rasgo común es que la ira por la muerte de miles de palestinos como consecuencia de los bombardeos israelíes sobre Gaza se invoca como justificación para la agresión verbal o física contra los judíos en general, a menudo acompañada del uso de insultos y tropos arraigados en la larga historia del antisemitismo.

"Cualquiera que sea su opinión sobre el conflicto, incluso si son extremadamente críticos con la política del Gobierno israelí, para ellos judío es igual a Israel, igual a matar niños palestinos", dijo la politóloga Nonna Mayer, miembro de la CNCDH francesa, una comisión independiente de derechos humanos, que describió lo que piensan quienes están detrás de los incidentes antisemitas.

CUALQUIER EXCUSA

El clima de miedo es peor para muchos judíos que en anteriores aumentos del antisemitismo relacionados con brotes de violencia en Oriente Próximo, en parte por la intensidad del conflicto de Gaza y en parte por el trauma del 7 de octubre.

"La idea de que Israel era el último refugio ha quedado totalmente destruida por lo ocurrido el 7 de octubre", dijo Mayer.

El incidente antisemita más escalofriante a nivel mundial fue el asalto a un aeropuerto de la región rusa de Daguestán el domingo por una multitud enfurecida que buscaba judíos a los que hacer daño tras la llegada de un vuelo procedente de Tel Aviv.

El rabino Alexander Boroda, presidente de la Federación Rusa de Comunidades Judías, respondió que el sentimiento antiisraelí se había transformado en una agresión abierta contra los judíos rusos.

Shneor Segal, rabino asquenazí jefe de Azerbaiyán, dijo que el incidente demostraba que "los antisemitas utilizarán cualquier excusa -la actual crisis de Oriente Próximo es solo la más reciente- para aterrorizar a los cada vez menos que aún quedamos" en el Cáucaso.

"¿Y adónde creen que están ahuyentando a estos judíos? Al mismo país cuya existencia abominan", dijo refiriéndose a Israel.

Pero sin llegar a tales extremos, una serie de incidentes en todo el mundo muestran el temor y la tensión que afecta a las comunidades judías.

En Buenos Aires, se pidió a los alumnos de una conocida escuela judía que no vistieran sus uniformes habituales para que se les identifique menos fácilmente, dijeron los padres. Otras escuelas cancelaron las acampadas y actividades previstas fuera de sus instalaciones.

En la Universidad de Cornell, al norte del estado de Nueva York, se reforzó la seguridad en torno al Centro para la Vida Judía tras las amenazas recibidas en Internet, entre ellas un llamamiento a bombardearlo.

En Johannesburgo, manifestantes propalestinos marcharon el sábado hacia una zona con una importante comunidad judía, arrancando fotografías de rehenes israelíes en Gaza de los muros perimetrales de un centro comunitario mientras se celebraba un servicio de Shabat en una sinagoga cercana.

"Siento rabia hacia las personas que intentan coartar mi libertad religiosa y mi libertad de movimiento, en su mayor parte basándose en su antisemitismo", dijo Akiva Carr, que se encontraba en la sinagoga cuando se produjo el incidente.

Las respuestas oficiales al aumento del antisemitismo han variado de un país a otro.

En Estados Unidos y Europa Occidental, las autoridades se han apresurado en su mayoría a expresar su firme apoyo a las comunidades judías, denunciar el antisemitismo y, en algunos casos, reforzar la seguridad en lugares relevantes.

En Israel, el Gobierno declaró tras el incidente de Daguestán que los ciudadanos israelíes debían "revisar la necesidad de viajar al extranjero en estos momentos" e instó a los israelíes residentes en el extranjero a mantenerse vigilantes y alejarse de las manifestaciones.

En China, donde el Gobierno censura habitualmente las palabras o frases que considera delicadas en las redes sociales, no hubo indicios de que hubiera tomado medida alguna para frenar el torrente de vitriolo antisemita en las redes sociales.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo que la legislación china prohíbe el uso de Internet para propagar el extremismo, el odio étnico o la discriminación.

(Contribución de Layli Foroudi, Julia Harte, Chen Lin, Maytaal Angel, Andrew Osborn, Carien du Plessis, Steven Grattan, Eliana Raszewski, Wa Lone, Thomas Escritt y Stephanie Van Den Berg; editado en español por Javier López de Lérida)