El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajó la semana pasada a Papúa Nueva Guinea para firmar un acuerdo de cooperación en materia de defensa, lo que provocó algunas críticas políticas internas y protestas estudiantiles ante la preocupación de que el país insular se viera envuelto en una competencia estratégica entre Washington y Pekín.

China, un importante prestamista y acreedor de infraestructuras en las islas del Pacífico, firmó el año pasado un pacto de seguridad con las Islas Salomón, vecinas de Papúa Nueva Guinea.

El primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, en un discurso al que Ge asistió el jueves por la noche, dijo que su país era "un lugar de amigos para todos y enemigos para ninguno - tenemos nuestros valores que significan que no transigiremos".

"Las empresas chinas, el gobierno chino y el pueblo chino han sido socios importantes para nuestro progreso en los últimos 48 años", dijo Marape, destacando el creciente comercio con Pekín.

"Esperamos que este banco sea capaz no sólo de afianzar sino de facilitar las transacciones entre dos pueblos, dos países", añadió.

Papúa Nueva Guinea, una nación de 10 millones de habitantes rica en recursos pero en gran parte subdesarrollada, se encuentra a pocos kilómetros al norte del Estrecho de Torres, en Australia.

Papúa Nueva Guinea cuenta con cuatro bancos autorizados, aunque dos de ellos son de propiedad australiana y han intentado reducir sus operaciones en el país.

Marape afirmó que entre el 60% y el 70% de la población no utiliza servicios bancarios y que la mayoría de las pequeñas y medianas empresas aún no han migrado a la economía formal.

El Banco de China, de propiedad estatal, ha solicitado una licencia de operaciones comerciales que aún se está tramitando. Marape ha dicho anteriormente que Papúa Nueva Guinea podría convertirse en la sede regional del banco para las islas del Pacífico.

China había pasado de ser una economía rural a la segunda mayor del planeta, afirmó, e instó al Banco de China a cubrir las lagunas existentes en el mercado bancario de Papúa Nueva Guinea.

El Banco de China afirmó en un comunicado que era la primera sucursal de un banco chino que se abría en el país insular del Pacífico y que desempeñaría un papel en la revitalización económica local.

El establecimiento de una oficina de representación en Papúa Nueva Guinea es "una vívida interpretación de la construcción conjunta del Banco de China de la 'Iniciativa de la Franja y la Ruta', con fortaleza financiera y servicio de alta calidad", dijo, refiriéndose a una política lanzada por el presidente chino Xi Jinping en 2013.

La presencia del banco en Papúa Nueva Guinea "profundizará la cooperación bilateral en la liquidación en RMB (Renmimbi)" y "dará un nuevo impulso a la promoción del comercio transfronterizo y la inversión entre los dos países", añadió.

China ha estado promoviendo el uso del yuan, o renmimbi, para liquidar las operaciones transfronterizas como parte de los esfuerzos para internacionalizar el uso de su moneda.