"Soy escéptico sobre la idea de que un vuelo espacial humano merezca la pena", declaró Rees al podcast Lord Speaker's Corner, en el que participan miembros de la Cámara Alta del Parlamento británico.

"Ahora que los robots pueden hacer las cosas para las que se necesitaban humanos hace 50 años, los argumentos a favor de enviar personas son cada vez más débiles".

Astrónomo Real es ahora un título en gran medida honorífico. Fue establecido por el rey Carlos II en 1675 para asesorar al monarca y anteriormente lo han ostentado algunos de los científicos británicos más preeminentes.

Rees afirmó que los viajes espaciales sólo deberían ser para aquellos dispuestos a aceptar un "nivel de riesgo muy elevado", y que deberían pagarse de forma privada y no por el contribuyente.

Los programas espaciales británicos se han centrado tradicionalmente en la investigación espacial más que en misiones tripuladas.

Helen Sharman fue la primera británica en ir al espacio cuando se unió a la misión Soyus TM-12 de la Unión Soviética en 1991.

Le siguió 24 años después Tim Peake, que voló a la Estación Espacial Internacional como miembro del cuerpo de astronautas de la Agencia Espacial Europea.

Cuatro ciudadanos estadounidenses que volaron en misiones de la NASA también nacieron en Gran Bretaña.

Rees, que fue nombrado Astrónomo Real en 1995, dijo que no estaba de acuerdo con la ambición de Elon Musk de colonizar Marte, pero alabó sus logros tanto en cohetes como en coches eléctricos.

"Ha hecho un trabajo mucho mejor que los grandes conglomerados que solían trabajar para la NASA en la producción de cohetes eficientes, que pueden ser reutilizados, y eso hará que sea más barato enviar cosas al espacio", dijo.