En conjunto, las leyes están diseñadas para garantizar que la UE de 27 países -el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo- reduzca sus emisiones netas en un 55% respecto a los niveles de 1990 para 2030.

Los acuerdos alcanzados por los ministros de los países de la UE, en reuniones celebradas el lunes y el martes, formarán su posición conjunta para las próximas negociaciones con el Parlamento de la UE sobre las leyes definitivas.

Los países mantuvieron las partes principales de las propuestas, que la Comisión Europea propuso por primera vez el verano pasado y que ha redoblado en los últimos meses como una forma de reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos mediante el cambio a una energía verde más barata producida localmente.

Pero con los gobiernos sopesando sus compromisos para proteger el planeta frente a otros intereses nacionales - y con un telón de fondo de inflación creciente - los países se movieron para debilitar algunas de las medidas verdes.

Esto es lo que acordaron:

REVISIÓN DEL MERCADO DEL CARBONO

Los ministros de Medio Ambiente alcanzaron el martes un acuerdo sobre una mejora del mercado del carbono de la UE, su principal política de reducción de emisiones, que obliga a la industria y a las centrales eléctricas a comprar permisos de CO2 cuando contaminan.

Los países aceptaron los elementos básicos de la propuesta de la Comisión Europea, que elabora las leyes de la UE, entre ellos reducir la oferta de permisos en el régimen cada año en un 4,2% -frente al 2,2% actual- y eliminar gradualmente los permisos de CO2 gratuitos para las industrias para 2035, pero con un inicio más gradual de la eliminación.

Respaldaron los planes para añadir el transporte marítimo al régimen y acordaron normas para facilitar la intervención de la UE en respuesta a los picos de precios del CO2.

NUEVO MERCADO DEL CARBONO

Los países acabaron apoyando un nuevo mercado de carbono de la UE que imponga costes de CO2 a los combustibles contaminantes utilizados en los edificios y el transporte, tras largas conversaciones sobre cómo proteger a los ciudadanos con bajas emisiones de carbono de los posibles costes de la medida.

Los ministros acordaron retrasar el lanzamiento del nuevo mercado del carbono un año, hasta 2027, y dijeron que debería ir acompañado de un nuevo fondo comunitario de 59.000 millones de euros para apoyar a los hogares más pobres, compuesto por los ingresos de los permisos de CO2 vendidos en el nuevo mercado del carbono.

COCHES LIMPIOS PARA 2035

Los países de la UE apoyaron la propuesta del bloque de reducir al 100% las emisiones de CO2 de los coches nuevos para el año 2035, lo que supondría la prohibición efectiva de la venta de coches nuevos con motor de combustión en la UE para esa fecha.

También pidieron a la Comisión Europea que evalúe en 2026 si los combustibles neutros en CO2 y los vehículos híbridos pueden contribuir al objetivo de 2035.

La presión ejercida por Italia, Eslovaquia y otros países para retrasar la eliminación progresiva hasta 2040 no tuvo éxito, pero sí consiguieron una exención para los pequeños fabricantes de automóviles de las normas más estrictas sobre el CO2 hasta 2035.

ENERGÍAS RENOVABLES, AHORRO DE ENERGÍA

Los ministros de Energía de los países de la UE acordaron el lunes unos objetivos más ambiciosos: para 2030 derivar el 40% de la energía a fuentes renovables -frente al 22% de la UE en 2020- y reducir el consumo de energía en un 9% frente a los niveles previstos.

Bruselas había propuesto el mes pasado objetivos aún más ambiciosos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos, que los ministros estudiarán en posteriores negociaciones.

Sin embargo, los países debilitaron otros elementos de las propuestas, por ejemplo retrasando a 2035 desde 2030 un plazo propuesto para que la mitad del hidrógeno utilizado por la industria proceda de fuentes renovables.

OBJETIVOS NACIONALES DE EMISIONES, SUMIDEROS DE CARBONO

Los ministros también apoyaron las propuestas para mejorar los objetivos nacionales que Bruselas establece para reducir las emisiones en sectores como el transporte y los edificios, y respaldaron una ley independiente que exige a los países que cultiven bosques y humedales y mejoren la salud del suelo para almacenar más CO2 en "sumideros de carbono" naturales.