El plan, financiado por una serie de medidas compensatorias, no pesará sobre el déficit público, que el Tesoro está deseando reducir al 5,6% del crecimiento este año desde el 9,4% en 2021.

El paquete energético, dotado con 1.700 millones de euros (1.930 millones de dólares), se suma a los más de 8.000 millones de euros que Roma ha desembolsado desde el pasado mes de julio para frenar las facturas de los hogares y las empresas.

La escalada de los precios de la energía, provocada por la fuerte demanda de gas a medida que las economías tratan de salir de la pandemia sanitaria, ha llevado a los gobiernos de toda Europa a introducir medidas para tratar de proteger a los consumidores.

El gobierno dijo que planea utilizar unos 1.200 millones de euros de los ingresos procedentes de las subastas de permisos de emisión de carbono para recortar los gravámenes sobre los costes del sistema que pesan sobre muchas empresas. Tales gravámenes suelen representar más del 20% de las facturas energéticas minoristas italianas.

Los recursos adicionales para mitigar las facturas procederán de una recuperación de los beneficios de algunos operadores que se benefician de ciertos incentivos de tarifa fija a la energía solar que cuestan a los consumidores unos 6.000 millones de euros al año.

Pero el Gobierno dejó en suspenso un plan de titulización destinado a recortar aún más los gravámenes sobre los costes del sistema en las facturas energéticas debido a su impacto en las arcas del Estado, según declaró a Reuters un ministro que pidió no ser citado.

El ministerio de Transición Energética había estimado que una medida de este tipo podría generar al menos 2.500 millones de euros de ahorro.

El paquete aprobado el viernes también prevé subvenciones y exenciones fiscales para ayudar a las empresas más afectadas, como discotecas, parques temáticos, organizadores de bodas y restaurantes. La oficina del gabinete no detalló el importe total de las subvenciones.

Según un borrador visto por Reuters, Roma también asignó 150 millones de euros para compensar a quienes sufran efectos secundarios de las vacunas COVID-19 y 50 millones para ayudar a los criadores de cerdos a hacer frente a un reciente brote de peste porcina africana.

(1 dólar = 0,8818 euros)