BRUSELAS, 13 ene (Reuters) - La Unión Europea ha elaborado planes para exigir a las empresas que respalden con pruebas las afirmaciones ecológicas sobre sus productos, en un intento de luchar contra el "lavado verde" y la publicidad engañosa, según un documento al que tuvo acceso Reuters.

El borrador de ley de la Comisión Europea pretende acabar con las empresas que promocionen sus productos como "neutros para el clima" o "con materiales reciclados" si tales etiquetas no están justificadas.

Los países de la UE tendrían que garantizar que las alegaciones medioambientales se demuestren con una metodología de base científica, como un marco de "huella medioambiental del producto" que rastree el impacto medioambiental en 16 categorías, entre ellas el aire y el cambio climático.

"Al luchar contra el 'lavado verde', la propuesta garantizará la igualdad de condiciones para las empresas a la hora de comercializar sus productos ecológicos", dice el borrador, que aún podría cambiar antes de su publicación.

El intento de acabar con el "lavado verde" se produce después de que una evaluación de la Comisión de 150 alegaciones sobre las características medioambientales de los productos en 2020 descubriera que la mayoría -el 53%- ofrecía "información vaga, engañosa o infundada".

Según la propuesta, las empresas que afirmen que su producto tiene un impacto ambiental positivo también deberán revelar si ello causa un impacto negativo en otro ámbito.

Las afirmaciones basadas en promesas de futuros resultados medioambientales deben estar respaldadas por logros que la empresa vaya a alcanzar en fechas concretas. Las empresas cuyas afirmaciones se basen en la compra de créditos de carbono para compensar su propio impacto ambiental tendrán que revelarlo.

Los países de la UE tendrían que establecer un sistema para verificar las afirmaciones de las empresas e imponer sanciones en caso de incumplimiento.

Según el proyecto, esta medida ayudaría a los consumidores a determinar qué productos son realmente ecológicos y daría el debido crédito a las empresas cuyos productos tuvieran beneficios reales para el medio ambiente.

El proyecto abarcaría todos los productos y servicios vendidos en la UE, a menos que estén regulados por normas comunitarias comparables.

Los productos de inversión "verdes" ya están regulados por la taxonomía de la UE, un controvertido sistema de etiquetado que enfrenta desafíos legales por parte del Gobierno austriaco y los defensores de permitir que el gas y la energía nuclear se etiqueten como ecológicos.

(Reporte de Kate Abnett; editado en español por José Muñoz en la redacción de Gdansk)