Se espera que Francisco visite el Congo del 31 de enero al 3 de febrero, la primera visita de un papa desde 1985. Se han puesto en marcha importantes preparativos en el vasto país, que alberga la mayor comunidad católica romana de África.

"El Congo que recibe hoy al Papa no es el mismo que acogió al Papa Juan Pablo II hace 38 años", declaró a Reuters Ettore Balestrero, enviado del Vaticano a Kinshasa.

"Desgraciadamente, ha habido guerras y conflictos que continúan. Él viene a consolar a la gente, viene a curar heridas que aún sangran".

Dijo que la nación centroafricana, rica en minerales, cuenta con 45 millones de católicos. El país ha luchado contra la inestabilidad y los conflictos desde la década de 1990 que han matado a millones de personas y han dado lugar a docenas de milicias, algunas de las cuales siguen activas.

El Papa tenía previsto visitar la ciudad oriental de Goma cuando se anunció oficialmente el viaje, pero esa etapa del viaje se ha cancelado tras el resurgimiento de los combates entre el ejército y el grupo rebelde M23.

"El Congo es una emergencia moral que no se puede ignorar", dijo Balestrero.

Se espera que el Papa se reúna con víctimas del este del país el 1 de febrero y con líderes de organizaciones caritativas católicas, según el programa de su visita compartido por el Vaticano.

La Iglesia católica desempeña un papel importante en el Congo. Gestiona alrededor del 40% de la estructura sanitaria del país. Alrededor de seis millones de alumnos reciben enseñanza en escuelas infantiles, primarias y secundarias dirigidas por la Iglesia, según Balestrero.

También dirige una de las mayores y más fiables misiones de observación electoral.

"Históricamente, la Iglesia en este país ha acompañado la consolidación de la conciencia democrática y a menudo ha sido portavoz de las necesidades más urgentes de la población", añadió Balestrero.