PEKÍN, 15 dic (Reuters) - La economía china perdió más fuelle en noviembre, con la ralentización de la producción industrial y la prolongación de la caída de las ventas minoristas. Ambos datos incumplieron las previsiones y registraron sus peores resultados en seis meses, lastrados por el aumento de los casos del COVID-19 y las restricciones generalizadas por el coronavirus.

Los datos sugirieron un mayor deterioro de la situación económica, ya que los confinamientos en muchas ciudades, la crisis del sector inmobiliario y el debilitamiento de la demanda mundial apuntaron a un camino lleno de baches, pese a que Pekín abandonó algunas de las restricciones más duras del mundo frente a la pandemia tras las protestas públicas generalizadas y poco frecuentes.

La producción industrial creció un 2,2% en noviembre respecto al año anterior, por debajo de las expectativas de un aumento del 3,6% según una encuesta de Reuters y ralentizándose significativamente respecto al crecimiento del 5,0% registrado en octubre, mostraron el jueves los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. Se trata del crecimiento más lento desde mayo, debido en parte a las interrupciones en los centros manufactureros clave de Cantón y Zhengzhou.

Las ventas minoristas cayeron un 5,9% en un contexto de debilidad generalizada en el sector servicios, lo que supone también la mayor contracción desde mayo. Analistas esperaban una contracción del consumo del 3,7%, acelerando la caída del 0,5% registrada en octubre.

En particular, las ventas en el sector de la restauración, de gran contacto con el público, cayeron un 8,4% respecto al año anterior, acelerando el descenso del 8,1% registrado en octubre.

Por su parte, la producción de automóviles descendió un 9,9%, frente al 8,6% de octubre.

El yuan chino se depreció frente al dólar el jueves, en un momento en que los datos afectaron a la confianza de los inversores.

"Los débiles datos de actividad sugieren que es necesario relajar aún más la política para reactivar el impulso del crecimiento", dijo Hao Zhou, economista jefe de GTJAI. "El aumento del volumen de la refinanciación de los MLF (programa de préstamos a medio plazo del banco central chino) esta mañana está en consonancia con el tono general de relajación de la política monetaria. De cara al futuro, también prevemos que los tipos de los MLF se reduzcan en 10 puntos básicos el próximo primer trimestre".

El banco central de China aumentó el jueves las inyecciones de efectivo en el sistema bancario y mantuvo los tipos de interés de los préstamos a medio plazo, o MLF (por sus siglas en inglés), para mantener unas condiciones de liquidez holgadas.

La segunda economía mundial se ha visto lastrada por su política de "cero contagios" frente al COVID-19, ya que los estrictos controles de los desplazamientos obstaculizaron el consumo y la producción. Otros vientos en contra a los que se enfrenta el país son su desplome inmobiliario, los riesgos de recesión mundial y las incertidumbres geopolíticas.

La inversión inmobiliaria cayó un 19,9% interanual, el ritmo más rápido desde que la oficina de estadística empezó a recopilar datos en 2000, según cálculos de Reuters basados en datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

Los responsables de política monetaria han desplegado ayudas al sector en casi todos los frentes, incluidas líneas de crédito de los bancos, financiación en bonos y financiación en acciones, pero analistas afirmaron que aún no se han visto tales efectos, ya que las ventas de viviendas siguen siendo débiles.

La inversión en activos fijos creció un 5,3% en los 11 primeros meses del año, frente a las expectativas de un aumento del 5,6% y un crecimiento del 5,8% en enero-octubre.

La contratación siguió siendo baja entre las empresas, cautelosas sobre sus finanzas. La tasa nacional de desempleo subió al 5,7% en noviembre, desde el 5,5% de octubre. El desempleo juvenil bajó desde el 17,9% de octubre al 17,1%.

"Los datos de diciembre podrían ser aún peores, pero no porque todo vaya a peor en China, sino porque se acerca el final del túnel", afirmó Alicia García-Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico en Natixis.

"Espero un gran desplome de la producción industrial en diciembre. Esta será la consecuencia inmediata de la apertura", dijo, rebajando el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre al 2,8% desde el 3% anterior.

China ha establecido planes para expandir el consumo interno y la inversión, afirmaron el miércoles medios estatales, mientras los dirigentes monetarios se enfrentan a múltiples retos tras la brusca relajación de las duras restricciones relacionadas con el COVID-19, que se espera provoquen una oleada de infecciones.

Ello afectaría a empresas y consumidores, mientras que el debilitamiento de la economía mundial perjudica a las exportaciones chinas.

La economía china creció sólo un 3% en los tres primeros trimestres de este año y se espera que se mantenga en torno a esa tasa durante todo el año, muy por debajo del objetivo oficial de "en torno al 5,5%".

Todas las miradas están puestas en la Conferencia Central de Trabajo Económico, que se celebra anualmente a puerta cerrada y en la que los dirigentes chinos se reúnen para fijar la agenda económica del próximo año. Es probable que tracen más medidas de estímulo, deseosos de apuntalar el crecimiento y aliviar las perturbaciones causadas por el repentino fin de las restricciones del COVID-19, según analistas y expertos en política económica.

(1 dólar estadounidense = 6,9593 yuanes chinos)

(Información adicional de Liz Lee, Liangping Gao y Kevin Yao; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)