El informe elaborado por Inevitable Policy Response, un grupo de previsión creado por los Principios de Inversión Responsable respaldados por la ONU, señala que las empresas individuales de la cadena de suministro alimentario, por ejemplo, podrían perder hasta el 26% de su valor para 2030, con una media del 7% para el sector, lo que equivale a 150.000 millones de dólares.

Las políticas incluyen un plan chino para hacer frente a las emisiones procedentes de la ganadería y rehabilitar el 30% de las tierras degradadas para 2030 en un nuevo plan de biodiversidad; Brasil, por su parte, planea recuperar hasta 40 millones de hectáreas (99 millones de acres) de tierra.

Esto, a su vez, supondrá un aumento de los riesgos legales, de cumplimiento y de reputación para aquellas empresas que no hayan eliminado la deforestación de sus cadenas de suministro, con clientes en regiones como Europa empujados a negarse a comprar a empresas que no tengan implantados procesos respetuosos con los bosques.

Mientras que los inversores podrían buscar comprar en empresas alimentarias con mejores resultados en materia de deforestación, también tendrían más posibilidades de invertir directamente en "soluciones basadas en la naturaleza", que pueden incluir actividades como la forestación.

La superficie total dedicada a este tipo de actividades se multiplicará por diez entre 2021 y 2035, y equivaldría a casi el 10% de las actuales tierras agrícolas del mundo, según el informe.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha calculado que se necesitarán 4,1 billones de dólares de aquí a 2050 para alcanzar los 1,5 grados centígrados.

El informe demostró que "medir y gestionar los riesgos y oportunidades derivados de la deforestación, la pérdida de naturaleza y el uso de la tierra es una parte importante de nuestra responsabilidad ante nuestros clientes", afirmó Andy Howard, responsable global de inversiones sostenibles de la gestora de activos Schroders.