Los trabajadores vierten harina de mandioca en bolsas azules y verdes con las siglas del partido gobernante, el Congreso de Todos los Progresistas, y las guardan junto a una pila de paquetes de arroz rojo y verde de la oposición. La temporada de campañas publicitarias está en pleno apogeo.

El periodo previo a una votación suele ser una oportunidad para que las pequeñas empresas como Shimatex Prints hagan caja con la parafernalia electoral, que va desde sombreros y chanclas hasta cajas de pañuelos de papel y etiquetas de aceite de cocina.

Pero el negocio ha sido más lento de lo habitual de cara a la votación del 25 de febrero, ya que los candidatos han centrado más su campaña en las redes sociales.

"Desde el punto de vista de la impresión [no hay] mucha diferencia en nuestros pedidos", dijo el director general de Shimatex Prints, Joel Mtsor, recordando los periodos de mayor actividad en torno a los comicios de 2011, 2015 y 2019.

"Algunos recuerdos, algunos materiales de campaña, algunas vallas publicitarias. Pero el impacto en la industria de la impresión no es tan bueno como antes", declaró a Reuters.

Los nigerianos votarán a un nuevo líder para sustituir al presidente Muhammadu Buhari en medio de una creciente inseguridad y dificultades económicas. Los tres favoritos han prometido reducir el coste de la vida, impulsar el crecimiento y hacer frente a los crecientes niveles de violencia.

Al ser el país más poblado de África, Nigeria cuenta con decenas de millones de usuarios de Internet, lo que lleva a los candidatos a competir por captar la atención de los votantes a través de plataformas populares como Facebook, Tiktok, Twitter y YouTube.

Las redes sociales han sido una herramienta clave de campaña de cara a unos comicios en los que casi el 40% de los votantes registrados tienen 34 años o menos, según datos de la comisión electoral.

Sin embargo, no todo se ha trasladado a Internet, ya que los partidos siguen encargando indumentaria política para los mítines y otros actos de campaña presenciales.

En una imprenta del centro de negocios de Abuja, los trabajadores pegaban los logotipos de los partidos en las gorras de béisbol y cosían los retratos de los candidatos en las camisetas. De los pañuelos blancos que colgaban al fondo parpadeaban atrevidos eslóganes políticos.

"Es lo que queremos... el más loco de los encargos para un impresor es un buen trabajo", dijo el propietario de la imprenta, Opeyemi Osho-Arilomo.