La nación de África Occidental pretende recortar 10.500 millones de dólares en pagos de intereses de su deuda externa en tres años para poder aplicar con éxito un acuerdo de préstamo de 3.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) destinado a abordar su peor crisis económica en una generación.

Elikplim Kwabla Apetorgbor, director de la Cámara de Productores Independientes de Energía (IPP) de Ghana, afirmó que la propuesta de reestructuración había sido "rechazada corporativa e individualmente".

Apetorgbor afirmó que los productores, que representan más del 65% de la energía térmica disponible, no estaban dispuestos a hacer concesiones y además estaban casi a punto de desconectar sus centrales.

El secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Mohammed Amin Adam, declaró que la decisión era desafortunada. "Continuaremos con el compromiso con cada uno de los PPI de forma transparente y pragmática y las amenazas de cierre cuando se está en negociaciones no pueden aceptarse en este momento".

Amin afirmó que el gobierno seguiría haciendo todo lo posible para reestructurar la deuda.

El FMI ha achacado las deficiencias del sector energético ghanés a factores como las bajas tarifas y el exceso de capacidad en medio de contratos de compra garantizada (take-or-pay), que según él han costado al gobierno central alrededor del 2% del PIB al año desde 2019.

El 17 de mayo, la nación productora de petróleo, oro y cacao subió la tarifa eléctrica un 18,36% para el segundo trimestre de 2023, tras haberla incrementado casi un 30% en el primer trimestre.

El regulador de los servicios públicos de la nación ha dicho que las tarifas se ajustarán a partir de ahora trimestralmente.