La milicia liderada por los tutsis ha protagonizado varias ofensivas en el este de la República Democrática del Congo (RDC) este año, ganando terreno en el vasto país rico en minerales a pesar de la resistencia de las fuerzas congoleñas.

Cada bando ha acusado al otro de instigar los ataques. El Congo acusó el lunes al M23 de masacrar a 272 civiles la semana pasada, lo que éste negó.

Los combates han desarraigado a miles de civiles y han provocado tensiones diplomáticas con la vecina Ruanda, a la que el Congo y expertos de Naciones Unidas acusan de respaldar al M23. Ruanda lo niega.

La insurgencia del M23 tiene su origen en las largas secuelas del genocidio de 1994 en Ruanda. El grupo se formó en 2012 afirmando defender los intereses de los tutsis congoleños, el grupo étnico que fue objetivo del genocidio y al que pertenece el presidente de Ruanda, Paul Kagame, frente a las milicias hutus.

Los rebeldes hicieron su primer gran regreso en marzo de este año desde que se les hizo retroceder en 2013.

Tanto el Congo como Ruanda han participado en conversaciones con la mediación de otros líderes africanos para intentar resolver el resurgimiento del conflicto. Se han acordado alto el fuego y en abril se anunció la creación de una fuerza regional para luchar contra las milicias, pero el conflicto ha continuado.

El M23 había dicho anteriormente que no podía cooperar con las medidas acordadas en las conversaciones de las que fue excluido.

Sin embargo, en una declaración el martes, el portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, afirmó que los rebeldes estaban "listos para iniciar la desconexión y retirarse" del territorio ocupado, a pesar de no haber formado parte de la cumbre en la que se hizo esta recomendación.

El grupo solicitó una reunión con la fuerza regional para discutir las modalidades y renovó su petición de reunirse con el mediador y facilitador, el ex presidente de Kenia Uhuru Kenyatta, que facilitó las conversaciones con otros líderes de grupos armados y de la sociedad civil en Nairobi esta semana.

También confirmó su compromiso con el alto el fuego acordado previamente.

"El M23 reitera su disposición al diálogo directo con el Gobierno de la RDC para encontrar una solución duradera a las causas profundas del conflicto", declaró Kanyuka.

Las autoridades congoleñas no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios.

El lunes, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que había mantenido una "conversación productiva" con el presidente ruandés, Paul Kagame, en la que instó a Ruanda a dejar de apoyar al M23 y a pedir su retirada.