Estados Unidos y sus aliados han estado comprando más armas y municiones y apoyando a Ucrania con miles de millones de dólares en ayuda militar después de que Rusia invadiera el país el año pasado.

Durante el trimestre, Northrop presentó su nuevo avión B-21 "Raider", el primero de una nueva flota de bombarderos nucleares furtivos de largo alcance para las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.

"Elevamos nuestras previsiones de ventas para 2023 y esperamos obtener un fuerte crecimiento plurianual del flujo de caja", declaró la consejera delegada de Northrop Grumman, Kathy Warden.

La empresa con sede en Falls Church, Virginia, espera unas ventas para 2023 de entre 38.000 y 38.400 millones de dólares, por encima de la estimación media de los analistas de 37.860 millones de dólares, y un beneficio ajustado de entre 21,85 y 22,45 dólares por acción, frente a las estimaciones de 22,30 dólares, según los datos de Refinitiv IBES.

Mientras tanto, sus rivales General Dynamics Corp y Lockheed Martin Corp prevén un beneficio anual por debajo de las estimaciones, ya que la industria se enfrenta a la escasez de mano de obra y de suministros.

Northrop, que fabrica el fuselaje del caza F/A-18 Super Hornet, registró unas ventas de unos 10.030 millones de dólares en el trimestre finalizado el 31 de diciembre, por encima de la estimación media de los analistas de 9.660 millones de dólares.

Las ventas en su unidad de sistemas espaciales, que fabrica satélites y cargas útiles, subieron un 23% hasta los 3.280 millones de dólares, ayudadas por las mayores inversiones en proyectos de exploración espacial.

Las ventas en su unidad de defensa, que fabrica sistemas integrados de gestión de batallas y sistemas de armamento, subieron a 1.660 millones de dólares, desde los 1.380 millones.

El beneficio neto global ajustado se situó en 7,50 dólares por acción, por encima de la estimación media de los analistas de 6,57 dólares por acción.