El gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado que aplicará cambios normativos destinados a permitir la construcción de más viviendas, entre los que se incluyen la introducción de objetivos de crecimiento de la vivienda, la autorización de más proyectos de zonas verdes y la exigencia de intensificación en torno a las rutas de transporte.

Aunque los precios de la vivienda han bajado desde su máximo de 2021, la asequibilidad de la vivienda sigue siendo baja en Nueva Zelanda y los precios de los alquileres están actualmente en niveles récord, lo que la convierte en una cuestión política importante.

La vivienda en Nueva Zelanda era demasiado cara porque las normativas dificultaban mucho el crecimiento de las ciudades, según declaró el jueves el ministro de Reforma de la Ley de Vivienda y Gestión de Recursos (RMA), Chris Bishop.

Arreglar la crisis de la vivienda mejoraría la economía, aumentaría la productividad y ayudaría a poner en orden las cuentas del gobierno, afirmó.

Los cambios incluyen objetivos de construcción de viviendas para las ciudades más grandes de Nueva Zelanda, normas que permitan a las ciudades expandirse hacia las zonas rurales, intensificación, nuevas normas que obliguen a los gobiernos locales a permitir el desarrollo de usos mixtos y la abolición de las restricciones de tamaño de los apartamentos.

Kieran McAnulty, portavoz de vivienda del principal partido laborista de la oposición, declaró que estaban abiertos a cualquier medida que condujera a la construcción de más viviendas, pero que les preocupaba el impacto sobre las normas de construcción y la pérdida de tierras agrícolas productivas. (Reportaje de Lucy Craymer; Edición de Lincoln Feast.)