Las autoridades recibieron poderes de detención y registro en varios lugares de la ciudad y decenas de furgonetas de la policía antidisturbios patrullaron los barrios donde los manifestantes marcharon con pancartas y paraguas amarillos.

En todo el país se celebran regularmente protestas contra el coronavirus y a la gran concentración del domingo se sumaron agricultores que se desplazaron en coche hasta la capital y aparcaron tractores a lo largo de la céntrica Plaza del Museo.

La multitud tocó música, coreó consignas antigubernamentales y luego marchó por las calles, bloqueando el tráfico.

Los Países Bajos han llevado a cabo uno de los cierres más duros de Europa durante un mes a lo largo de las vacaciones de fin de año.

En medio de una creciente oposición pública, el primer ministro Mark Rutte anunció el viernes la reapertura de tiendas, peluquerías y gimnasios, levantando parcialmente el cierre a pesar del número récord de nuevos casos de COVIC-19.

Los contagios alcanzaron otro récord por encima de los 36.000 el domingo, según los datos publicados por el Instituto Holandés de Salud (RIVM). Holanda ha registrado más de 3,5 millones de infecciones y 21.000 muertes desde el inicio de la pandemia.

El gobierno de Rutte ordenó el bloqueo a mediados de diciembre, ya que una oleada de la variante Delta obligó al sistema sanitario a cancelar toda la atención, salvo la más urgente, y parecía que el aumento de los casos de Omicron lo desbordaría.

Las tiendas no esenciales, las peluquerías, los salones de belleza y otros proveedores de servicios fueron autorizados a reabrir el sábado bajo estrictas condiciones.

Los bares, restaurantes y locales culturales recibieron instrucciones de permanecer cerrados al menos hasta el 25 de enero debido a la incertidumbre sobre cómo afectará la ola de Omicron a la capacidad de los hospitales.