El BCE ha estado subiendo los tipos a su ritmo más rápido jamás registrado, pero aún no ha logrado que la tasa de inflación de la zona euro se acerque a su objetivo del 2%, aunque ha descendido bruscamente en los últimos meses.

"Dada la gran incertidumbre, las continuas turbulencias geopolíticas y macroeconómicas y la volatilidad de los mercados, es muy difícil predecir con exactitud el nivel al que deben fijarse los tipos de interés", declaró Stournaras, miembro del consejo de gobierno del BCE, en una entrevista al diario Kathimerini.

"En mi opinión, el ajuste de los tipos de interés debe ser más gradual, teniendo en cuenta la ralentización del crecimiento de la economía de la zona euro", dijo Stournaras.

La inflación anual en la zona euro cayó del 10,6% en octubre al 9,2% en diciembre, pero se espera que el crecimiento de los precios se acelere de nuevo a principios de 2023, antes de lo que será una rápida desinflación a lo largo de 2023.

El BCE prometió en diciembre un ritmo constante de subidas de tipos en los próximos meses, a razón de 50 puntos básicos cada una, en lugar de los 75 puntos básicos de septiembre y octubre.

El lunes, el gobernador del Banco Central Eslovaco y responsable de la política monetaria del BCE, Peter Kazimir, afirmó que el BCE debería llevar a cabo dos subidas más de los tipos de interés, de 50 puntos básicos cada una, a pesar de la relajación de la inflación.

Los economistas encuestados por Reuters esperan que el banco ofrezca subidas de los tipos de interés de 50 puntos básicos en cada una de sus dos próximas reuniones.

Sin embargo, según los analistas, las señales políticas del BCE ya no parecen convencer a los inversores, tanto si trata de aumentar sus expectativas sobre los tipos de interés como de bajarlas.