Los rendimientos del Tesoro estadounidense subieron el miércoles en medio de un repunte de la inflación en otros países, las preocupaciones sobre la liquidez a finales de mes y el temor a una intervención de las autoridades japonesas para impulsar el yen.

El martes, una inflación superior a la prevista en Canadá elevó los rendimientos estadounidenses. El miércoles fue el turno de Australia, donde la inflación al consumo se aceleró hasta un máximo de seis meses en mayo cogiendo desprevenidos a los operadores e impulsando a los mercados a aumentar las posibilidades de otra subida de los tipos de interés este año.

Dada la falta de datos económicos estadounidenses significativos en el calendario del miércoles, los rendimientos también se desviaban al alza antes de la emisión gubernamental, más tarde el miércoles, de 70.000 millones de dólares en pagarés a cinco años, parte de los 183.000 millones de dólares en ventas totales de deuda con cupón por parte del Tesoro esta semana.

"Hay un poco de concesión en la subasta a medida que tenemos más oferta esta semana", dijo Subadra Rajappa, jefe de estrategia de tipos de EEUU en Societe Generale.

En Japón, el yen cayó a su nivel más bajo desde 1986 frente al dólar, lo que desató la preocupación de que se produjera otra intervención de las autoridades japonesas para impulsar la divisa, una medida que podría ejercer cierta presión sobre los bonos del Tesoro.

Mientras tanto, a medida que se acerca el final del mes y del trimestre, la liquidez en los mercados monetarios podría convertirse en un reto, ya que los operadores cierran sus libros, provocando ventas en los bonos del Tesoro.

"Hay un poco de preocupación por lo que ocurra en los repos (acuerdos de recompra) de cara a final de mes, quizá haya algunas presiones ahí", dijo Rajappa.

En el aspecto monetario, los funcionarios de la Fed reiteraron esta semana que se necesitan más datos sobre la inflación para que el banco central adopte una postura menos restrictiva.

El miércoles, los operadores de contratos de futuros vinculados al tipo de interés oficial apostaban por un total de 45 puntos básicos en recortes de tipos para 2024. Los datos sobre la inflación de los gastos de consumo personal del viernes serán un factor clave para que los inversores evalúen el alcance de cualquier recorte de tipos este año.

Los rendimientos de referencia a 10 años y a 30 años subieron unos seis puntos básicos, hasta el 4,296% y el 4,431%, respectivamente. Los rendimientos a dos años, que tienden a reflejar más fielmente las expectativas de política monetaria, se mantuvieron prácticamente sin cambios en el 4,735%.

La brecha entre los rendimientos a dos y 10 años se mantuvo profundamente negativa en torno a menos 44 puntos básicos, pero menor que el martes, cuando alcanzó su mayor amplitud desde diciembre con menos 51,6 puntos básicos.

Una inversión en esa parte de la curva de rendimientos, que se produce cuando los bonos del Tesoro a más corto plazo rinden más que los de más largo plazo, es observada de cerca por los inversores, ya que históricamente ha sido señal de que se avecina una recesión.