Aunque sigue en la cuerda floja, el gran grupo estadounidense de servicios financieros parece estar consiguiendo limitar los daños en el contexto de una crisis bancaria aún latente.
Tras el sobresalto de principios de año, la fuga de depósitos se está calmando un poco: bajan un 11% en Schwab One - la plataforma de intermediación - y un 16% en Schwab Bank respecto al trimestre anterior.
En términos secuenciales, en el primer trimestre de 2023 los depósitos se fundieron un 31%, frente a los 739.000 millones del primer trimestre de 2022. Esto da la medida de la magnitud del pánico que se ha apoderado del público.
El shock es violento pero, afortunadamente, sólo se trata de robar a Pedro para pagar a Pablo, porque al mismo tiempo los productos del mercado monetario ofrecidos por Schwab están recaudando 202.000 millones de dólares. Para decirlo claramente: el dinero no invertido de los clientes no ha salido de casa; simplemente se ha trasladado de las cuentas de depósito a los productos del mercado monetario, que ciertamente no son muy lucrativos, pero sin embargo están bajo control.
No ha habido movimientos en otras clases de activos: los fondos, ETF y valores financieros en poder de los propios clientes se han mantenido en niveles comparables. La apertura de nuevas cuentas de corretaje también vuelve a aumentar con respecto al trimestre anterior.
Hasta ahora, Charles Schwab ha absorbido bien el pánico. Los ingresos y el beneficio neto han subido un 10% y un 14%, ambos impulsados por la subida de los tipos de interés, con un margen de interés neto que ha aumentado en 587 millones de dólares en comparación con el primer trimestre de 2022.
Cabe destacar que sus tranquilizadoras declaraciones han ido acompañadas de una inversión personal en acciones del grupo por parte de su consejero delegado, Walter Bettinger, por valor de 3 millones de dólares: la señal es fuerte, aunque sería imprudente tomarla al pie de la letra.
¿Ha pasado lo peor? Posiblemente, pero no sin daños. Para cubrir cualquier eventualidad y asegurar su solvencia, Schwab pidió prestados 45.600 millones de dólares al gobierno federal, aumentando su deuda de 26.000 millones a 73.000 millones entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023.
Esta liquidez de emergencia viene acompañada de una nota francamente muy cara -un tipo de interés del 5%- que exprimirá la rentabilidad durante los próximos dos años, momento en el que Bettinger se ha comprometido a devolverla. Los 310.000 millones de dólares de activos financieros que posee el grupo sólo pagan un tipo de interés medio de menos 2%.
El problema de Schwab no es tanto de liquidez como de rentabilidad. Por ello, el grupo se encontraría en una situación difícil si los tipos de interés volvieran a bajar.
La Corporación Charles Schwab está especializada en servicios de corretaje y bancarios. Las ventas netas se desglosan por actividad de la siguiente manera - servicios de corretaje y bancarios a inversores particulares (73,6%); - servicios de inversión a inversores institucionales (26,4%). Además, el grupo propone servicios de planes de jubilación. A finales de 2020, los productos y servicios se garantizan a través de una red de más de 400 oficinas situadas en Estados Unidos. Además, The Charles Schwab Corporation está presente en el Reino Unido, Puerto Rico, Hong Kong y Singapur.