Dotz Nano Limited ha recibido su primera orden de compra de un proveedor líder de tecnología y servicios para yacimientos petrolíferos que cotiza en el NASDAQ, con una capitalización bursátil de más de 5.000 millones de dólares, para ampliar los ensayos de campo de una nueva tecnología de monitorización de inhibidores de corrosión sobre el terreno. Aunque el importe y los detalles financieros de esta fase de ensayos sobre el terreno son inmateriales y se mantienen en secreto comercial, Dotz espera que el acuerdo entre las partes se convierta en material para Dotz cuando se completen con éxito estos ensayos adicionales durante 2023. La empresa, que cotiza en el NASDAQ, tiene previsto realizar al menos tres ensayos de campo en diversos lugares de Norteamérica en los próximos seis meses.

Los nuevos pedidos de compra y el aumento de la tecnología de Dotz dependerán de los resultados de estos ensayos y de la aceptación de la tecnología por parte de los usuarios finales. La tecnología de Dotz ofrece una solución para detectar y cuantificar los inhibidores de la corrosión (IC) en las instalaciones petrolíferas, lo que permite gestionar la dosificación in situ y ahorrar considerablemente en costes de mantenimiento y sobredosificación e infradosificación de inhibidores de la corrosión. También reduce significativamente el tiempo necesario para obtener datos fiables y valiosos en entornos industriales.

La solución de Dotz ha sido probada con éxito en los laboratorios de Dotz y del proveedor de servicios de petróleo y gas durante los últimos 3,5 años (véase el anuncio del 30 de enero de 2019). Demostrando una fiabilidad extrema en una amplia gama de condiciones operativas, la solución recientemente patentada se probará ahora en plantas de producción, lo que permitirá probar la solución en entornos operativos complejos y desafiantes. Anteriormente, la detección y cuantificación del inhibidor de corrosión en los fluidos de perforación requería el envío de muestras a laboratorios centralizados para su análisis, lo que puede llevar semanas, o incluso meses, de forma lenta, costosa y muy poco eficaz.

Detectar y controlar el IC in situ permite un ahorro significativo en el envío y la sobredosificación de IC, al tiempo que reduce el riesgo y las posibles graves consecuencias de una infradosificación de IC.