El minorista chileno Falabella informó el martes de que había recortado sus pérdidas netas en un 73% en el tercer trimestre, aunque seguía en números rojos, afectado principalmente por una caída de las ventas en sus tiendas de toda América Latina.

Falabella, que opera grandes almacenes, supermercados, tiendas de mejoras para el hogar, reparto y servicios financieros, registró una pérdida neta de 4.600 millones de pesos (5,1 millones de dólares) entre julio y septiembre.

Reportó una pérdida neta revisada de 17.000 millones de pesos para el mismo trimestre del año pasado.

Los ingresos descendieron un 9,6% hasta los 2,69 billones de pesos, mientras que las ganancias consolidadas trimestrales antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización (EBITDA) aumentaron un 1,2% hasta los 181.000 millones de pesos.

Las ganancias de Falabella han sufrido ante la elevada inflación y el menor gasto de los consumidores, en medio de una desaceleración económica mundial, incluso en su mayor mercado, Chile.

También tiene operaciones más pequeñas en Brasil, Perú y Argentina, así como en Colombia, donde abrió su primera tienda IKEA durante el trimestre.

La pérdida de ingresos de la empresa en sus tiendas minoristas se vio ligeramente compensada por un fuerte crecimiento de los beneficios en su unidad bancaria chilena, y por un descenso del 6,1% en los costes globales, que la empresa atribuyó a "un plan de eficiencia."

La cúpula de la empresa se prepara para una sacudida después de que el consejero delegado Gastón Bottazzini anunciara su dimisión en septiembre, que se hará efectiva a principios de 2024.

El anuncio se produjo poco después de que la empresa publicara un desplome del 50% en su beneficio del segundo trimestre, peor de lo esperado, y prometiera intensificar sus esfuerzos para "recuperar" su rentabilidad.

(1 $ = 906,84 pesos chilenos a finales de septiembre) (Reportaje de Isabel Woodford; Edición de Brendan O'Boyle y Alistair Bell)