BELGRADO (Reuters) - Serbia está sometida a una presión sin precedentes para que imponga sanciones a Rusia, dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, después de que un ministro serbio dijera que el país debería unirse a las sanciones occidentales contra Moscú.

Serbia ha condenado repetidamente la invasión rusa de Ucrania en Naciones Unidas y otros foros internacionales, pero se ha resistido a la presión occidental para imponer sanciones.

"Una posición extraña: Estados Unidos presiona a Serbia y el ministro serbio pide una acción contra Rusia", escribió Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, en la aplicación de mensajería Telegram a última hora del lunes.

Rusia, tradicional aliado eslavo y cristiano ortodoxo, ha respaldado a Belgrado en su oposición a la independencia en 2008 de Kosovo, la antigua provincia meridional de Serbia, mayoritariamente albanesa, y el sentimiento prorruso en Serbia es elevado.

El lunes, Rade Basta, ministro de Economía de Serbia, perteneciente a las filas de una alianza cogobernante del Partido Socialista y Serbia Unida, afirmó que Belgrado estaba pagando "un alto precio" por su negativa a sumarse a un embargo internacional contra Rusia.

"Nuestro país ya está pagando un alto precio por no imponer sanciones a Rusia, y eso se está volviendo insoportable", escribió Basta en su cuenta de Instagram.

Serbia quiere ingresar en la Unión Europea, su principal inversor y socio comercial, pero antes debe normalizar los lazos con Kosovo en unas conversaciones auspiciadas por la UE y alinear su política exterior con la de Occidente, lo que incluye sumarse a las sanciones contra Rusia.

Serbia depende totalmente de las importaciones de gas de Rusia, aunque ha empezado a diversificar sus suministros energéticos. Belgrado también mantiene una cooperación militar con Rusia que se interrumpió tras su invasión de Ucrania hace un año.