Fundada en 1998, ASUR es uno de los principales operadores aeroportuarios de México. El grupo posee más de dieciséis aeropuertos en tres países, incluido el segundo más transitado de México: Cancún.

A partir de la década de 1990, el aeropuerto de Cancún ha crecido exponencialmente, en gran parte debido al rápido desarrollo del turismo en la región. En 1989, el aeropuerto recibía poco más de 3 millones de pasajeros. En 2022, esta cifra se había disparado a casi 30 millones de pasajeros anuales (muy cerca de los niveles prepandémicos de aeropuertos como Orly o Zúrich, por ponerlo en perspectiva). Este notable crecimiento refleja la fuerte demanda de transporte aéreo en la región.

Pero ASUR no se ha limitado al mercado mexicano. Desde 2013, la empresa ha ampliado su huella en los mercados internacionales al tomar el control del 60% del aeropuerto de Puerto Rico, un centro clave para los vuelos entre América del Norte y América Latina. En 2017, ASUR dio un gran paso al adquirir seis aeropuertos colombianos, consolidando su posición de liderazgo. En sus tres mercados, la compañía transportó más de 66 millones de pasajeros en 2022.

ASUR cotiza en México y Nueva York desde principios del milenio. Su capitalización bursátil alcanzó los 9.200 millones de dólares a principios de abril de 2023. En 2004, Fernando Chico Pardo, multimillonario mexicano, tomó una participación del 21,04% en la empresa. Sigue siendo el mayor accionista individual. ADO, la mayor empresa de transporte terrestre de México, también posee una participación del 16,13% en el operador.

Distribución geográfica de los aeropuertos

México, donde ASUR gestiona nueve aeropuertos, es naturalmente el mercado más importante para el grupo, ya que representa más del 60% de su tráfico. Una parte importante del mismo es, como puede imaginarse, el aeropuerto de Cancún. Este aeropuerto tiene una ubicación privilegiada en el Caribe, además de estar dotado de playas de arena blanca. Es accesible en menos de seis horas de avión desde la mayoría de las principales ciudades norteamericanas.

Esto es importante porque el 54,3% de los turistas internacionales que visitan México proceden de Estados Unidos, y el 17,9% de Canadá. Cancún es, por tanto, el aeropuerto más transitado por turistas internacionales de América Latina.

Sin embargo, ASUR no depende únicamente de los vuelos internacionales, ya que los vuelos nacionales representan más de dos tercios de sus vuelos. De los 66 millones de pasajeros transportados, 41 millones viajaron en vuelos nacionales. Aunque Cancún sigue siendo la principal puerta de entrada a México, los vuelos nacionales constituyen la mayoría de los vuelos a los demás aeropuertos del grupo.

También hay que tener en cuenta que los vuelos procedentes de EE.UU. con destino a Puerto Rico se consideran nacionales, ya que se trata de un estado estadounidense. Al ser un aeropuerto de enlace entre Norteamérica y Sudamérica, es uno de los motores de crecimiento de ASUR.

Número de pasajeros por aeropuerto

Pasemos ahora a la actividad de la empresa y a sus dos grandes aspectos: los ingresos regulados y los no regulados.
Fuente: MarketScreener
El volumen de negocios de la empresa se compone principalmente de ingresos regulados, que representan por sí solos casi el 63%. Estos últimos se generan a través de los ingresos aeronáuticos, en particular las tasas cobradas a las compañías aéreas (aterrizaje, estacionamiento, puente de embarque, descarga de equipajes, etc.) y los ingresos no aeronáuticos, que corresponden a servicios complementarios como el alquiler de oficinas, los servicios de asistencia en tierra y la restauración.

El 37% restante de los ingresos son ingresos no regulados, que incluyen multitud de servicios a los pasajeros, como alquiler de coches, cambio de divisas, plazas de aparcamiento, transporte en autobús, comida y bebida y productos duty free.


En términos de ingresos comerciales (ingresos no regulados) por pasajero, éstos han crecido de forma constante desde la década de 2000, pasando de 8,1 pesos por pasajero a 140,7 pesos en 2022. Este éxito se debe en parte a la creciente popularidad de Cancún entre los turistas extranjeros, que tienen un mayor poder adquisitivo que los locales. Como resultado, ASUR genera significativamente más beneficios por pasajero que sus competidores mexicanos.

En el aspecto financiero, ASUR muestra un sólido crecimiento con un CAGR del 5,5% de 1990 a 2021, dos veces y media superior a la media del PIB mexicano del 2,3%. Este es un indicador importante porque el aumento del número de viajeros está directamente relacionado con el aumento de la riqueza de un país.

Además de este crecimiento, el grupo también es líder en el sector con un margen neto del 39,5% en 2022, superior a los márgenes medios observados en otras terminales (AENA, ADP, Fraport). 

A diferencia de la mayoría de sus competidores, ASUR no está agobiada por la deuda, a pesar de los elevados costes asociados a las infraestructuras aeroportuarias. De hecho, la empresa es capaz de reembolsar el 100% de su deuda con su nivel operativo actual, con un ratio de cobertura de deuda de 11,7, lo que significa que (teóricamente) genera 11,7 veces más flujo de caja que su carga de deuda. Como resultado de esta sólida gestión de la deuda, ha pagado dividendos todos los años desde 2002, excepto en 2020.

A pesar de este buen desempeño, ASUR no es inmune a ciertos riesgos, incluyendo el impacto de los tipos de cambio. En 2022, la depreciación del dólar frente al peso mexicano afectó negativamente a las finanzas de la empresa, con una pérdida de 200 millones de pesos (10 millones de dólares).

Otro peligro potencial es que con la crisis económica -aumento de la inflación y disminución del poder adquisitivo- es muy posible que se reduzca el número de personas dispuestas a viajar en avión. Aunque, como muestra el gráfico siguiente, el número de pasajeros crece independientemente de la crisis.
ASUR depende en gran medida del aeropuerto de Cancún para su actividad, pero los riesgos naturales, como el huracán Wilma en 2005, pueden provocar su cierre y/o daños en la infraestructura turística de la región, lo que se traduciría en un descenso del tráfico aéreo.
Un último riesgo potencial es que la inestabilidad política cree tensiones en el país, reduciendo su atractivo o incluso bloqueando la infraestructura de ASUR.