El desarrollador de fármacos Humanigen se ha acogido voluntariamente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, según una presentación judicial, tras luchar por conseguir la aprobación reglamentaria para su tratamiento COVID-19.

La empresa con sede en Burlingame, California, controlada en su día por el ejecutivo farmacéutico convicto Martin Shkreli, declaró activos por valor de 521.000 dólares y una deuda total de 44,1 millones de dólares, según la presentación del 3 de enero.

Humanigen había depositado sus esperanzas en su fármaco COVID-19, el lenzilumab, para el que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. denegó la autorización de uso de emergencia en 2021.

La empresa había firmado varios contratos para fabricar el medicamento anticuerpo, pero el regulador sanitario estadounidense dijo que no podía concluir que los beneficios conocidos y potenciales del lenzilumab superasen los riesgos conocidos y potenciales de su uso como tratamiento de la COVID-19.

El pasado mes de julio, Humanigen había señalado que preveía que no podría continuar como empresa en funcionamiento y que estaba explorando todas las opciones de reestructuración, que podrían incluir la apertura de un procedimiento de quiebra u otros procedimientos de insolvencia.