La pandemia del COVID-19 ha empujado a las empresas a ofrecer a sus empleados trabajar desde lugares distintos a sus oficinas, lo que ha beneficiado a los proveedores de espacios de trabajo como WeWork, que ofrece puestos de trabajo, oficinas privadas y pisos personalizados.

El negocio de WeWork, respaldado por Softbank, también se ha recuperado debido a la relajación de las restricciones de la COVID-19, después de que el año pasado los acuerdos de trabajo desde casa pesaran sobre la empresa en medio de una reducción de la ocupación y un aumento de los costes operativos.

El cambio a un modelo de trabajo híbrido también ha levantado a la rival de WeWork que cotiza en Londres, IWG, que informó de una pérdida menor el martes.

WeWork, que salió a bolsa en octubre del año pasado tras una lucha de casi dos años, se vio ayudada además por el impulso del director ejecutivo Sandeep Mathrani para recortar costes mediante la salida de los arrendamientos no rentables y la venta de activos no esenciales.

Mathrani, que asumió el cargo de jefe máximo a principios de 2020, ha dicho que la empresa está trabajando para ser rentable este año.

Las obligaciones de arrendamiento a largo plazo, una métrica que se sigue de cerca dado que la empresa suele arrendar bienes inmuebles, cayeron cerca de un 11% hasta los 17.930 millones de dólares a 31 de diciembre.

Por otro lado, las ventas de nuevos escritorios en el cuarto trimestre aumentaron a 87.000 desde los 84.000 del tercer trimestre.

Las pérdidas netas del trimestre que finalizó el 31 de diciembre cayeron a 803 millones de dólares desde los 1.170 millones del año anterior.