Confirmada el verano pasado, la escisión se esperaba desde hacía varios años. En cualquier caso, encaja perfectamente en la lógica estratégica seguida por Novartis - ya comentada en detalle en nuestras columnas - desde el nombramiento de Vasant Narasimhan.
 
Será interesante ver qué hacen los accionistas históricos del grupo con sus acciones de Sandoz recién adquiridas, dado que las ventas de Sandoz llevan varios años estancadas; en la última década, la tendencia ha sido incluso a la baja.

Estas dificultades no se limitan a Sandoz, líder mundial de los genéricos casi en pie de igualdad con Teva. La empresa israelí, que sigue luchando con un nivel de endeudamiento preocupante, se ha visto aún más perjudicada por la coyuntura desfavorable del sector.
 
La estadounidense Viatris, por su parte, ha tenido más éxito en términos de crecimiento, gracias a una estrategia de adquisiciones en serie. Sin embargo, la rentabilidad de sus operaciones está en caída libre desde hace algún tiempo.
Este contexto no impide que Sandoz ponga sus miras en lo más alto, con una estrategia de expansión centrada principalmente en los biosimilares, un sector de rápido crecimiento, pero en el que la competencia ya se presenta feroz. En determinados programas, la empresa suiza competirá de tú a tú con Formycon, de la que también hemos hablado recientemente en nuestras columnas. 
 
El otro objetivo prioritario de Sandoz es optimizar su margen EBITDA para que alcance el 25% en 2028, frente al 18%-19% actual, e igualar así los resultados de sus homólogas Teva y Viatris. La dirección pretende lograrlo racionalizando la huella industrial del Grupo, que actualmente está sobredimensionada porque está diseñada para servir tanto a Sandoz como a Novartis.

Si se cumple el objetivo de margen operativo y el plan de crecimiento funciona, Sandoz aspira a obtener al menos 2.000 millones de dólares anuales de beneficios en efectivo -o flujo de caja libre- de aquí a 2028. A 11.200 millones de dólares, la oferta pública inicial de esta mañana refleja un relativo escepticismo por parte de los inversores. Escepticismo que, por cierto, no perdona a Teva ni a Viatris.  
 
Sin embargo, merece la pena seguir de cerca el precio de las acciones, porque si los antiguos accionistas de Novartis se deshacen de sus acciones de Sandoz en grandes cantidades, la presión vendedora podría hacer bajar aún más la valoración, creando potencialmente una oportunidad de compra.

Clasificaciónes Surperformance de Novartis AG