En 2012, en plena crisis del euro, con una cartera de pedidos de 5.000 millones de euros y un precio de las acciones de unos 30 euros, Rheinmetall se valoraba en x0,3 de su facturación y x6 de su beneficio contable.
Su crecimiento había sido modesto en la última década; entre sus negocios de defensa y automoción, no estaba claro dónde centraría su desarrollo; y se daba por hecho que los presupuestos militares seguirían disminuyendo debido a la crisis presupuestaria.
Diez años después, el euro ha sobrevivido, el grupo ha clarificado su estrategia, Rusia ha atacado Ucrania y todo ha cambiado, ya que Rheinmetall se valora ahora a x1,5 su facturación y a x17 su beneficio.
La cartera de pedidos de la empresa se ha disparado literalmente tras los anuncios de rearme de Alemania y sus socios estratégicos en la OTAN, multiplicándose por seis entre 2012 y 2022, de 5.000 a 30.000 millones de euros.
El crecimiento también es evidente en la división de vehículos de combate -las ventas aumentan un 21% y el beneficio operativo un 48%- y en la división de municiones, especializada en proyectiles de pequeño y gran calibre -las ventas aumentan un 19% y el beneficio operativo un 40%-.
Las demás divisiones registraron un crecimiento más modesto y márgenes en línea con sus medias históricas. A nivel consolidado, Rheinmetall registró un récord de ventas y un margen operativo del 11,3%, superior al de Thales y similar al de Lockheed-Martin hasta el punto decimal más cercano. .
Para el año 2023, la dirección espera un crecimiento de las ventas de entre el 15% y el 20% y un margen operativo de alrededor del 12%. El beneficio por acción debería alcanzar los 14 euros este año, aproximadamente cuatro veces su media anual de la última década.
El precio de la acción, por supuesto, refleja esta evolución, ya que también se ha cuadruplicado. Tras dos ciclos más o menos planos -un periodo decepcionante de 2002 a 2012, sin crecimiento, y un periodo desigual de 2012 a 2022, dedicado en gran parte a la reestructuración-, se ha abierto un nuevo paradigma para Rheinmetall.
A 247 euros, el precio de la acción representa un múltiplo de x17 de los beneficios esperados en 2023, y de x14 de los beneficios esperados en 2024. Queda por saber si la "nueva normalidad" de 2022 tiene algo que envidiar a la proyectada por los inversores diez años antes.