La entrada en escena del viejo zorro se produce quince días después del anuncio de la salida del distribuidor de productos petrolíferos de su filial Rubis Terminal. Esta operación se realizará en favor de su socio estadounidense Squared Capital, que ya controla el 45% de la entidad desde 2020.

Aunque por el momento no se sabe nada de las intenciones de Bolloré, hay seis puntos a destacar sobre esta evolución:

En primer lugar, Vincent Bolloré es uno de los inversores más astutos de Francia, un verdadero maestro en el arte de los golpes bursátiles al menos tanto como en el arte de los golpes de Estado. Sus numerosas operaciones se han convertido en legendarias: Vallourec, Bouygues o Havas, por citar sólo algunas.

En segundo lugar, en materia de especulación, todo indica que el empresario bretón no ve con buenos ojos el reciente anuncio de venta de Rubis Terminal. Estratégicos y difíciles de reproducir, estos activos estarían probablemente mejor colocados en Bolloré Energie que en un fondo de inversión americano...

En tercer lugar, no hay mucho que Bolloré pueda hacer cuando decide sacudir las cosas, ni siquiera los patrocinios, ya que tuvo el placer de destruir el que existía en Lagardère, ayudado en este caso por algunos cómplices con brazos largos propios, por supuesto. La gobernanza de Rubis es un tema que desde hace tiempo es fuente de tensiones. ¿Habrá olido sangre Bolloré?

En cuarto lugar, el empresario conoce Rubis desde hace mucho tiempo, gracias en parte a su relación histórica con la familia Picciotto. La familia Picciotto dirigió Orfim, que dio un gran golpe con su inversión en el distribuidor de productos petrolíferos, iniciada en 1999 y vendida veinte años después. Podemos suponer que Bolloré ha descolgado el teléfono y que no avanza a ciegas con la operación.

En quinto lugar, esta operación desconcertará sin duda a los observadores que imaginaban que el "viejo africano" sentaría la cabeza. Su retirada de África y la redistribución de su capital en los medios de comunicación habían sido interpretadas por algunos como un reflejo defensivo. Sin embargo, los negocios de Rubis han olido a menudo a azufre, no sólo en el continente africano, sino también, por ejemplo, en Haití y Turquía.

En sexto lugar, si la historia sirve de guía, tiende a recordarnos que el interesado a menudo apunta bien y dispara a matar. Invierte en Rubis en un momento en que el grupo está en plena reestructuración y sigue valorándose a un múltiplo de su beneficio de explotación en su mínimo histórico. En estas circunstancias, es difícil no imaginar que entra en liza con una idea muy concreta...