Los bancos en la sombra están creciendo rápidamente en toda la zona euro y representan un riesgo cada vez mayor para todo el sistema financiero, lo que exige a los prestamistas ser más estrictos a la hora de tratar con este tipo de entidades, declaró el supervisor del Banco Central Europeo, Andrea Enria.

Los bancos en la sombra, como los fondos de inversión o las compañías de seguros, cuentan ahora con 31 billones de euros (33,9 billones de dólares) en activos, lo que equivale al 80% del sector bancario supervisado, pero su regulación es más laxa y a menudo asumen apuestas más arriesgadas.

"Los riesgos entre los intermediarios financieros no bancarios (IFNB) podrían intensificarse en los próximos meses a medida que la política monetaria prosiga su esfuerzo por devolver la inflación a su objetivo", afirmó Enria el martes, argumentando que los riesgos se han acumulado "profundamente".

El apalancamiento ha crecido bruscamente entre los bancos en la sombra, existe un gran desajuste en la duración de sus activos y pasivos, y hay pruebas de una preparación insuficiente para hacer frente a la gran demanda de liquidez, advirtió Enria.

Lo preocupante es que los bancos en la sombra han permanecido en gran medida sin regular y se ha permitido que los riesgos crezcan en gran medida sin control, advirtió Enria.

Pero los bancos en la sombra están estrechamente relacionados con el sector bancario más regulado, por lo que las tensiones allí podrían extenderse a los prestamistas más tradicionales, lo que obligaría a los bancos a gestionar activamente el riesgo de los clientes.

"La financiación de las entidades NBFI es posiblemente uno de los canales de propagación más significativos desde la perspectiva del riesgo sistémico, dado que las entidades NBFI mantienen sus reservas de liquidez principalmente como depósitos en los bancos e interactúan en los mercados de repos con los bancos", dijo Enria.

Los bancos en la sombra también tienden a tratar con un pequeño grupo de bancos de importancia sistémica, por lo que su tensión probablemente afectaría a algunos de los principales prestamistas europeos.

Aunque lo ideal sería una nueva regulación, ésta tarda tiempo en negociarse y aplicarse, lo que deja a los bancos vulnerables a corto plazo.

Así que, por ahora, la salvaguarda más importante es que los bancos sean conscientes de los riesgos y los gestionen activamente cuando traten con bancos en la sombra, afirmó Enria.

"El mensaje clave es que esperamos que las instituciones vayan más allá del mero cumplimiento de los requisitos normativos a la hora de diseñar sus enfoques", dijo Enria. (1 dólar = 0,9151 euros) (Reportaje de Balazs Koranyi; Edición de Jacqueline Wong)