Las acciones australianas se desplomaron el viernes y se encaminaban a su mayor caída semanal desde el pasado mes de septiembre, mientras los inversores se inquietaban por la difícil situación de la economía china y la posibilidad de que se prolonguen los elevados tipos de interés en Estados Unidos.

El índice S&P/ASX 200 caía un 0,2% hasta los 7.129,8 a las 0030 GMT. El índice de referencia ha caído un 2,8% esta semana.

La falta de medidas urgentes por parte de China, el mayor socio comercial de Australia, para reactivar su economía lastró el ánimo de los inversores locales.

En el atribulado sector inmobiliario chino, el promotor inmobiliario más endeudado del mundo, China Evergrande, solicitó protección frente a sus acreedores en un tribunal de quiebras estadounidense.

A nivel mundial, los inversores se enfrentaron a la posibilidad de que la Reserva Federal mantenga los tipos altos durante más tiempo, ya que las actas de la reunión de julio del banco central estadounidense mostraron que los responsables políticos estaban divididos sobre la necesidad de más subidas de tipos.

En Sídney, los valores financieros cayeron un 0,4%. En la semana, el subíndice ha bajado un 3,6%, lo que supone su peor semana desde febrero de 2022.

Los "cuatro grandes" bancos bajaron entre un 0,1% y un 1%.

Los valores tecnológicos tomaron ejemplo de un cierre más débil de Wall Street durante la noche, cayeron un 1,3% y se encaminaban a su peor caída semanal desde junio.

Xero cayó un 1,1% y las acciones de Block, que cotizan en ASX, se deslizaron un 2%.

En contra de la tendencia, las mineras subieron casi un 1%, siguiendo la subida de los precios del mineral de hierro, apuntalados por las esperanzas de un mayor apoyo político por parte de China.

Rio Tinto y BHP Group sumaron un 1,3% cada una.

Al otro lado del mar de Tasmania, el índice de referencia neozelandés S&P/NZX 50 cayó un 0,7% hasta los 11.560,99 puntos. Se encaminaba a su peor semana desde el pasado mes de septiembre.

Las acciones de Fonterra Co-operative Group registraron una caída récord, después de que la empresa láctea recortara sus previsiones de precios de la leche en granja por segunda vez este mes.