Los bancos comerciales deberían prepararse para pedir préstamos más fácilmente a los bancos centrales para limitar el contagio en tiempos de tensión y desalentar las huidas de los depositantes, afirmó el martes un grupo de expertos en regulación en un informe sobre la crisis bancaria del año pasado.

El Grupo de los 30 (G30), un foro internacional de banqueros centrales, economistas y financieros privados, también afirmó que la mejora de las normas contables, unas pruebas de estrés más exhaustivas y una mejor supervisión, ayudarían a prevenir futuras quiebras bancarias.

Los colapsos el año pasado de Silicon Valley Bank, Signature Bank , First Republic Bank y Credit Suisse constituyeron la peor crisis financiera desde 2007-2009. Todos los bancos estadounidenses se derrumbaron tras las huidas de los depositantes.

Sin embargo, las reformas propuestas hasta ahora no han hecho suficiente hincapié en la importancia de los préstamos del "prestamista de última instancia" o de la "ventanilla de descuento" de los bancos centrales para limitar el contagio, según el informe, presidido por el ex presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley.

Pedir prestado a los bancos centrales sigue acarreando el estigma de ser un signo de debilidad y puede exigir garantías que los bancos no tienen inmediatamente a mano, lo que significa que el sistema no se utiliza, según el informe.

Reuters informó el año pasado

que muchos bancos pequeños no están preparados para obtener préstamos de la ventanilla de descuento de la Reserva Federal.

Arreglar los sistemas de préstamo de los bancos centrales es "la reforma más importante, más factible y de menor coste" para contener el pánico y desalentar las huidas de los depositantes, afirmó el grupo. Los bancos deberían tener suficientes garantías a mano para cubrir "todos los pasivos ejecutables" mediante préstamos de la ventanilla de descuento, añadió.

La postura se hacía eco de las orientaciones publicadas el año pasado por los reguladores estadounidenses.

El informe llega en un momento en el que el sector bancario estadounidense lucha contra las propuestas de reforma de la normativa sobre capital que, según los funcionarios, también deberían ayudar a abordar algunas de las preocupaciones derivadas de las quiebras bancarias del año pasado. Los reguladores estadounidenses también han intensificado el escrutinio de la gestión del riesgo y han dicho que modificarán las pruebas de resistencia.

Mientras tanto, las autoridades suizas están buscando un mayor músculo regulador, incluido el poder de imponer multas, y han considerado medidas contra las quiebras. (Reportaje de Douglas Gillison; edición de Michelle Price y Nick Zieminski)