El 30 de abril comenzará la segunda fase de los nuevos controles fronterizos británicos post-Brexit para las importaciones de alimentos procedentes de la Unión Europea, tres años después de que Gran Bretaña abandonara el mercado único del bloque y ocho años después de que votara a favor de salir de la UE.

¿QUÉ OCURRIRÁ EL 30 DE ABRIL? El 31 de enero entró en vigor la primera fase del nuevo Modelo Operativo Objetivo en Frontera (MOFO) británico, que requiere una certificación adicional. La segunda fase, que comenzará el 30 de abril, introducirá controles físicos para los llamados productos animales, plantas y productos vegetales de "riesgo medio", como carne refrigerada y congelada, pescado, queso, huevos, productos lácteos y determinadas flores cortadas y semillas.

El 30 de abril el gobierno también impondrá nuevas tasas a los importadores que introduzcan mercancías a través del puerto de Dover y del Eurotúnel. El gobierno afirma que la llamada tasa común de usuario cubrirá los costes de sus nuevos controles y sistemas.

¿POR QUÉ SIGUE HABIENDO CONFUSIÓN ENTRE LOS IMPORTADORES? Los importadores no saben cuál será la frecuencia de los controles físicos y no se enteraron de las tasas a las que tendrían que hacer frente hasta el 3 de abril.

El gobierno afirma que adoptará un "enfoque pragmático" en la introducción de los controles y no espera que se produzcan trastornos significativos en las importaciones.

"Se está dando prioridad a las mercancías que suponen un mayor riesgo para la bioseguridad, a medida que alcanzamos la plena frecuencia de los controles y altos niveles de cumplimiento", declaró un portavoz del gobierno británico.

Los importadores tampoco tienen claro el papel del puesto de control fronterizo de Sevington, situado a unas 20 millas tierra adentro del puerto de Dover.

Además, los comerciantes no tienen acceso a una lista actualizada de los puestos de control privados y sus tarifas de cobro.

¿QUÉ DICEN LOS IMPORTADORES BRITÁNICOS? Mientras que los principales supermercados británicos y los grandes proveedores de la UE cuentan con la potencia financiera y los recursos necesarios para hacer frente a las nuevas exigencias, los minoristas y mayoristas más pequeños han advertido de que los controles y las tasas perjudicarían a sus negocios, restringirían la variedad y frescura de los alimentos en Gran Bretaña y harían subir los precios.

Están preocupados por la interrupción de los suministros después del 30 de abril y han estado almacenando mercancías todo lo que han podido.

Muchos importadores pequeños comparten cargas de camiones con otros proveedores, lo que se denomina grupaje, por lo que les preocupa que las mercancías puedan ser retenidas aunque su propia documentación esté en regla.

¿POR QUÉ REALIZA EL GOBIERNO LOS CAMBIOS? El gobierno afirma que los nuevos controles son esenciales para ayudar a prevenir la entrada de enfermedades y plagas en Gran Bretaña e igualarán las condiciones para los exportadores británicos.

Gran Bretaña ha retrasado repetidamente la imposición de controles a las importaciones de la UE. Por el contrario, la UE aplicó inmediatamente sus normas, lo que provocó retrasos en los puertos en 2021 e hizo que algunos exportadores británicos, como los fabricantes de queso y los ganaderos de vacuno de alta gama, renunciaran a vender al bloque, al menos inicialmente. (Reportaje de James Davey; Edición de Alex Richardson)