Los precios al consumo subyacentes de Japón subieron en mayo un 3,2% respecto al año anterior, según mostraron los datos el viernes, ralentizándose respecto al mes anterior pero manteniéndose por encima del objetivo del 2% del banco central por decimocuarto mes consecutivo.

La lectura arroja dudas sobre la opinión del Banco de Japón de que la reciente inflación impulsada por los costes será temporal, y puede mantener vivas las expectativas de que podría modificar su programa de estímulo masivo este año.

El aumento del índice de precios al consumo (IPC) subyacente a nivel nacional, que excluye los alimentos frescos pero incluye los artículos energéticos, superó ligeramente la previsión mediana del mercado de una subida del 3,1%. Fue más lenta que la subida del 3,4% registrada en abril.

El índice que elimina los efectos de los alimentos frescos y el combustible - estrechamente vigilado por el Banco de Japón como barómetro clave de las tendencias de los precios impulsados por la demanda interna - subió un 4,3% en mayo con respecto al año anterior. La subida, que siguió a un aumento del 4,1% en abril, fue el mayor incremento interanual desde junio de 1981, según mostraron los datos.

Dado que la inflación se ha mantenido por encima de su objetivo durante un año, los mercados están hirviendo con la especulación de que el Banco de Japón empezará pronto a retirar gradualmente su estímulo, que según los críticos está distorsionando los mercados y perjudicando los beneficios de las instituciones financieras.

El gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, ha subrayado la disposición del banco central a mantener una política ultra laxa hasta que la inflación se sitúe de forma sostenible en torno al 2% y vaya acompañada de subidas salariales.

Ueda también ha dicho que la inflación subyacente al consumo volverá a ralentizarse por debajo del 2% hacia mediados de este año fiscal, aunque las subidas sostenidas de los precios han puesto en duda esta opinión.

Los datos aumentan las posibilidades de que el Banco de Japón revise al alza sus previsiones de inflación en su próxima revisión trimestral de julio.

En sus últimas proyecciones realizadas en abril, el banco central esperaba que la inflación subyacente al consumo alcanzara el 1,8% en el actual año fiscal que finaliza en marzo de 2024. Esta cifra es muy inferior al aumento del 2,6% previsto en una encuesta de Reuters realizada en mayo. (Reportaje de Takahiko Wada y Leika Kihara; Edición de Jacqueline Wong)