Un vistazo a la jornada en los mercados asiáticos de la mano de Jamie McGeever.

Los principales datos económicos de China y Japón, y la decisión del banco central de Filipinas sobre los tipos de interés podrían ser los principales motores regionales de los mercados asiáticos esta semana, en un momento en el que los inversores están cada vez más nerviosos por las perspectivas macroeconómicas estadounidenses y mundiales.

Las bolsas mundiales terminaron la semana pasada en una situación inestable, ya que la preocupación por el techo de la deuda estadounidense, las condiciones crediticias y el efecto acumulado de 500 puntos básicos de subidas de tipos de la Reserva Federal eclipsaron unos beneficios estadounidenses sorprendentemente sólidos. Estos fueron algunos de los temas debatidos en la reunión de tres días de los líderes financieros del G7 que concluyó el sábado.

El índice MSCI World cayó un 0,5%, lo que quizá no sea gran cosa, pero supone el segundo descenso semanal consecutivo y el más pronunciado desde el estallido de la crisis bancaria estadounidense hace dos meses.

Las acciones asiáticas sin Japón, sin embargo, subieron por segunda vez semanal consecutiva, algo que tampoco se veía desde principios de marzo.

Si los valores tecnológicos estadounidenses están volando -el Nasdaq subió por tercera semana y el repunte de Wall Street este año se debe enteramente a los valores centrados en la inteligencia artificial, según SocGen-, la tecnología asiática está atascada en arenas movedizas.

El índice tecnológico Hang Seng cayó la semana pasada por sexta semana consecutiva, su racha de pérdidas más larga desde mediados de 2015, cuando se sintieron los primeros temblores del terremoto bursátil chino y sólo unas semanas antes de que Pekín devaluara el yuan. Los últimos indicadores económicos chinos han sido estremecedores. La inflación y las importaciones se desplomaron en abril, sembrando serias dudas sobre la solidez de la recuperación de la economía tras la crisis y disparando las expectativas de una mayor relajación de la política monetaria.

Los datos de producción industrial, ventas al por menor e inversión en activos fijos de abril de esta semana pintarán un panorama más completo. Más cifras por debajo de lo esperado aumentarán probablemente la presión vendedora sobre las acciones chinas: el índice compuesto de Shanghái tuvo su peor semana desde marzo, mientras que el índice de blue chips cayó por quinta semana consecutiva y tuvo también su mayor caída semanal en dos meses.

Las cifras del PIB del primer trimestre de Japón se publicarán el miércoles y, lo que quizá sea más importante, las últimas cifras de inflación saldrán a la luz el viernes. La inflación subyacente es mucho más alta de lo que le gustaría al Banco de Japón y se espera que se haya vuelto a acelerar hasta el 3,4% en abril. Aunque el nuevo gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, insiste en que irá despacio a la hora de revertir la política superlaxa del banco, algunos analistas esperan que el BOJ abandone el control de la curva de rendimientos este verano. Los inversores con exposición a Tailandia están a la espera de ver cómo los resultados electorales podrían cambiar el equilibrio de poder y las cifras del PIB del primer trimestre se publicarán el lunes, el mismo día en que se espera que el banco central filipino mantenga los tipos de interés en el 6,25%.

He aquí tres acontecimientos clave que podrían proporcionar más dirección a los mercados el lunes:

- PIB de Tailandia (1er trimestre)

- Inflación del IPM de la India (abril)

- Inflación de los precios de los bienes corporativos en Japón (abril)