El índice global de gestores de compras (PMI) de los servicios rusos de S&P registró un 53,1 en febrero, subiendo desde el 48,7 del mes anterior y situándose por encima de la marca de 50 que separa la expansión de la contracción.

El sector ha estado sometido a una intensa presión desde que Rusia envió decenas de miles de soldados a Ucrania el pasado mes de febrero en lo que denomina una "operación militar especial", pero ahora muestra signos de mejora.

"El aumento de la actividad empresarial estuvo vinculado a una mayor demanda de los clientes, a la captación de nuevos clientes y a un mayor interés de los clientes en un entorno de menor incertidumbre", señaló S&P Global en un comunicado.

"El aumento de la producción fue el primero desde septiembre de 2022, y el ritmo de expansión el segundo más rápido desde julio de 2021".

Una controvertida campaña de movilización anunciada el pasado mes de septiembre, en la que más de 300.000 hombres rusos fueron reclutados por las fuerzas armadas y cientos de miles huyeron al extranjero para evitar ser llamados a filas, ha minado la confianza de los consumidores nacionales y lastrado el difícil sector de los servicios en los últimos meses.

Pero animadas por el repunte de la demanda de los clientes en febrero, las empresas también reanudaron la contratación, y el empleo se expandió por primera vez desde julio pasado, aunque sólo a un ritmo fraccionario, según S&P Global.

Los precios de los insumos subieron a su ritmo más lento desde agosto, aliviando las presiones de los costes, lo que contribuyó al mayor nivel de sentimiento positivo desde julio.

"En general, el optimismo se derivó del desarrollo de nuevas líneas de servicios, la adquisición de nuevos clientes y las esperanzas de nuevos repuntes en la demanda de los clientes", afirmó S&P Global.

Una encuesta paralela realizada el miércoles mostró que la actividad del sector manufacturero ruso se expandió en febrero a su ritmo más rápido en seis años, impulsada por los repuntes de la producción y las nuevas ventas, mientras que el aumento de los costes de los insumos se sumó a las presiones inflacionistas.